Los ftalatos reciben su nombre debido al ácido de donde son retirados: el ácido ftálico. La estructura de este éster consta de un anillo de benceno conectado a dos ácidos ftálicos.
Los ftalatos tienen su distribución de forma variada, donde menos se espera allí están ellos – pueden ser encontrados en el agua de la lluvia por ejemplo. Ese compuesto ya ha sido señalado por traer daños a los seres humanos.
A pesar de ser retratado como cancerígeno, estudios acerca de este asunto fueron realizados esclareciendo que el ftalato no causaría tales males. Las conclusiones de alarma sobre cáncer fueron basadas en el hallazgo de cáncer de hígado en cobayas animales (ratas y ratones). Todo comenzó con la sospecha de que el ftalato procedente de los tubos de PVC participaba del proceso de manufactura en lácteos. El pánico fue mayor debido al hecho de que los mayores consumidores de leche son niños y bebés en etapa de desarrollo crítico. Las madres quedaron temerosas cuando supieron que el ftalato formaba parte de la composición de los embalajes para alimentos, es decir, no era apenas la leche la que presentaba riesgos sino prácticamente todos los alimentos industrializados.
Las investigaciones sobre esta sospecha se intensificaron a partir de ahí y encontraron lo siguiente: el ftalato utilizado para fabricar botellas y envases es el tereftalato (PET). Este es fijado e integra el polímero de forma que no escapa en medio del proceso y, por tanto, no planteando riesgos de salud.
Otra forma de ftalato es el PVC flexible, más conocido como PVC (policloruro de vinilo) siendo usado en tuberías residenciales para descarga y abastecimiento de agua. Es empleado para estos fines porque consiste en un material sólido, rígido y resistente. Pero este mismo PVC, cuando pasa por el proceso de adición de ftalato se hace flexible, lo que permite su uso en la fabricación de mangueras, papel de pared, cortinas plásticas y cables para la electricidad.
El PVC, mezclado al ftalato y no fijado, actúa como lubrificante molecular; en este caso puede haber un desprendimiento de este material en medio al proceso de utilización. Como se ve, peligrosos o no, los ftalatos se hacen cada día más presentes en nuestras vidas, de ahí la necesidad de un estudio más complejo y concluyente sobre el asunto, que envuelve la química orgánica y otras áreas.