La materia puede encontrarse en tres estados: sólido, líquido y gaseoso. Lo que determina el estado en que la materia se encuentra es la proximidad de las partículas que la constituye. Esa característica obedece a factores como:
Fuerza de cohesión: provoca el acercamiento de las moléculas unas de las otras.
Fuerza de repulsión: causa que las moléculas se retiren unas de las otras.
Esos estados de agregación de la materia también son llamados de estados físicos de la materia. Es importante señalar que el volumen, la densidad y la forma de un compuesto pueden variar de acuerdo con la temperatura.
Como hemos dicho, la materia puede encontrarse en los estados:
- Sólido: en ese estado físico de la materia las moléculas se encuentran muy próximas, siendo así poseen forma fija, volumen fijo y no sufren compresión. Las fuerzas de atracción (cohesión) predominan en este caso. Un ejemplo es un cubo de hielo, las moléculas están muy próximas y no se desplazan, a menos que pase por un calentamiento; el hielo tiene forma y volumen constante.
- Líquido: aquí las moléculas están más apartadas que en el estado sólido y las fuerzas de repulsión son levemente mayores. Los elementos que se encuentran en ese estado poseen forma variada pero volumen constante. Además de estas características, posee facilidad de flujo y adquieren la forma del recipiente que los contiene.
- Gas: el movimiento de las moléculas en ese estado es mucho mayor que en el estado líquido o sólido. Las fuerzas de repulsión predominan haciendo con que las sustancias no tomen ni forma ni volumen constante. Si variamos la presión ejercida sobre un gas, podemos aumentar o disminuir su volumen; siendo así, se puede decir que sufre compresión y expansión fácilmente. Los elementos gaseosos toman la forma del recipiente que los contiene.