Los carbonatos son una clase de compuestos que se constituyen de sales binarias conteniendo carbono y características inorgánicas. El carbonato es un material muy común en cualquier tipo de instrumento cortante. Hojas de serruchos, tornos mecánicos, excavadores y brocas de perforación dental son generalmente hechas de carbonato, su uso es común en esos tipos de herramientas porque se mantiene afilado más tiempo que la mayoría de los otros materiales. Su fórmula es CO2−3.
Los carbonatos existen en dos formas: carbonatos covalentes e iónicos. Esa variación solo existe cuando son expuestos a presión y temperatura y reaccionan con agua originando los óxidos metálicos o hidróxidos.
Estructura en 3d de carbonatos
Carbonatos iónicos
Se originan de los hidróxidos y son conocidos carbonatos salinos por presentar un fuerte carácter iónico, son compuestos sólidos. Entre los principales carbonatos iónicos está el carbonato de calcio (CaC2), que es usado en oxiacetilénicos. Este compuesto junto con el agua produce acetileno, según la reacción:
CaC + 2 H2O → C2H2 + Ca(OH)2
El acetileno quema y produce una llama de 3.300 °C liberando energía de 11.800 J/g. Esa energía de la llama es utilizada para soldar y cortar metales.
Carbonatos covalentes
Originados de los óxidos metálicos, se forman entre el carbón y los elementos con la electronegatividad aproximada a la del carbono. Los ejemplos más importantes de este grupo son el carbonato de silicio (SiC) y el carbonato de boro (B4C).
Carbonato de boro (B4C): utilizado en barras de control para reactores nucleares con el fin de capturar los neutrones y moderar la reacción radiactiva.
Carbonato de silicio (SiC): es duro y abrasivo, por eso resiste la acción de ácidos y bases. Se utiliza en la fabricación de muelas abrasivas, discos de corte, para el pulido de piedras (por ejemplo, pizarra, mármol, granito y otros) y para el pulido de lentes.