Alimentos orgánicos son aquellos alimentos cultivados de manera sostenible mediante la agricultura biológica (u orgánica). Para tanto, ese sistema no utiliza agrotóxicos, fertilizantes químicos, aditivos sintéticos, antibióticos, hormonas, ni técnicas de ingeniería alimentaria, que desarrollan los alimentos genéticamente modificados, los alimentos transgénicos. En otras palabras, los alimentos orgánicos son aquellos que están libres de productos químicos, es decir, de insumos artificiales.
Agricultura orgánica y ganadería orgánica
La agricultura orgánica trabaja de una manera sostenible, es decir, respetando las leyes de la naturaleza en una forma que prioriza técnicas ecológicas más justas tanto para el ser humano como para el medio ambiente. De tal modo, diversos métodos naturales son usados para enriquecer el suelo (abono verde y orgánico), así como combatir las plagas y enfermedades en las plantaciones.
Así, no son utilizados productos químicos (plaguicidas) o fertilizantes sintéticos, preservando así, la tierra y el agua subterránea. Este tipo de agricultura reduce el impacto del calentamiento global en el mundo, una vez que los sistemas orgánicos retienen una mayor cantidad de carbono en el suelo.
De la misma forma, la pecuaria orgánica prioriza la salud de los seres humanos así como la de los animales que sirven de alimentación. De hecho, la pecuaria orgánica crea los animales en espacios abiertos, en detrimento de los lugares cerrados que además de ser más dispuestas a proliferar las enfermedades, provoca gran estrés en la vida del animal, que será transmitido para su cuerpo, y consecuentemente ingeridos por los humanos.
En efecto, además de la cría de animales en sitios abiertos, la pecuaria biológica no trabaja con aplicación de hormonas, anabolizantes y antibióticos en los animales, los cuales serían también ingeridos por el hombre.
Importancia de los alimentos orgánicos
La salud del ser humano es la gran pregunta acerca de la importancia del consumo de alimentos orgánicos, cultivados de la manera más natural, los cuales dejan el alimento más rico en nutrientes, esenciales para el desarrollo saludable del cuerpo.
En la actualidad, el consumo de alimentos ecológicos ha aumentado considerablemente, ya que la sociedad contemporánea ha intentado reemplazar una dieta carente de nutrientes para conseguir más salud, calidad de vida y bienestar. Estudios han demostrado que una dieta equilibrada rica en nutrientes trae muchos beneficios para el cuerpo, junto con la práctica regular de ejercicio físico.
En este contexto, es claro que no es suficiente incluir frutas y verduras en el menú, siendo que muchos alimentos de ese género no están fuera de la lista de productos peligrosos para la alimentación humana, los cuales generan diversos problemas futuros de salud.
Por lo tanto, alimentos animales y vegetales en supermercados también pueden introducir sustancias nocivas a los seres humanos, así como los alimentos industrializados (llenados de colorantes, estabilizadores, conservantes…).
En el caso de las plantas, el crecimiento de los cultivos se ve reforzado por el uso de pesticidas (para disuadir a las diversas plagas de las grandes plantaciones), y, en los animales, el uso de hormonas y antibióticos aceleran el proceso de crecimiento, beneficiando el lucro de las empresas que producen ese tipo de alimento.
Tenga en cuenta que el gran tema aquí se basa en la salud del ser humano a merced de las empresas interesadas principalmente con el lucro y no con la calidad de los alimentos comercializados, de forma que el veneno pulverizado en las plantas o las hormonas ingeridas por los animales permanecen retenidas en los alimentos que serán procesados por nuestro cuerpo.
Los alimentos orgánicos además de respetar el medio ambiente protegiendo el planeta y a las futuras generaciones, colaboran con una alimentación más saludable, ofreciendo productos más sabrosos, ricos en nutrientes (mayor contenido vitamínico y mineral) y libres de productos químicos.
La única desventaja aparente del consumo de los alimentos orgánicos es el precio elevado de los productos ofrecidos, puesto que son producidos en menor escala (en relación a los alimentos convencionales), demoran más tiempo para crecer y las técnicas de cultivo o cría encarecen mucho los costes de producción. Para quien tiene espacio en su hogar, una buena alternativa es hacer una huerta y cultivar sus propios alimentos, libre de pesticidas y otras sustancias nocivas para el cuerpo.
Actualmente existen varios tipos de alimentos orgánicos (que según la legislación deben presentar sello de certificación) que ofrece el mercado: frutas, verduras, legumbres, carne, leche, huevos, cereales, entre otros. Además, el aumento en el número de ferias orgánicas en el mundo ha demostrado la importancia de los alimentos en la vida del ser humano.