Durante la Edad Media, la producción literaria estaba claramente vinculada a los procesos de orden político y social de la época. En medio de las invasiones bárbaras, hubo un proceso de ruralización de la sociedad que hace difícil la producción literaria entre los siglos V y X. De hecho, gran parte de la población medieval no tenía acceso a los libros e incluso predominaba la escritura en una lengua unificada.
Un ejemplo de esto se puede ver en sus propios destinos tomados por el proceso de cristianización de Europa. Al no saber leer, muchos de los convertidos tenían acceso a las narrativas bíblicas por medio de imagenes que relataban los hechos. Por lo tanto, podemos ver que existía una fuerte importancia a la adoración de imagenes ante las dificultades impuestas por las instituciones de la Iglesia para acceder a la literatura.
En la Alta Edad Media, podemos señalar que el imperio de Carlomagno (800-887) fue uno de los momentos más singulares en que las actividades culturales e intelectuales, incluyendo la literatura, tuvieron un prestigio relativo. Varias escuelas tuvieron un papel en la enseñanza y la preservación del legado de la civilización greco-romana. En total, los monasterios eran los centros más importantes y significativos de la producción intelectual y la conservación de los escritos de la influencia de la antigüedad.
Saliendo de los límites de la Europa feudal, no podemos olvidar la rica producción literaria organizada por el pueblo se convirtió al Islam. ‘El Libro de los Reyes y Rubaiyat’ de Omar Khayan, y ‘Las mil y una noches’ se destacan como grandes ejemplos de la literatura árabe. Al mismo tiempo, también se puede indicar la gran labor de traducción que Averroes y Córdoba hicieron de la filosofía griega al árabe.
Al llegar a la Edad Media, vemos una transformación muy interesante en la literatura europea. Los idiomas nacionales (también conocido como el lenguaje vulgar) comenzaron a romper el monopolio que el latín jugaba en la mayoría de los documentos escritos. La poesía épica, marcada por el tema militar, describió el coraje de los nobles caballeros. ‘Poema del Cid’, ‘Canción de los Nibelungos’ y ‘Canción de Rolando’, son algunos de los ejemplos más importantes de este aspecto literario.
En el siglo XII, el trovador inauguró una nueva fase de la poesía medieval en el que el ambiente de la caballería comenzó a compartir espacio con la figura de la mujer. El trato refinado y cortés, el noviazgo y el amor entraron en escena. En este mismo contexto, el desarrollo de las ciudades dio lugar a una especie de literatura satírica sobre las autoridades, los señores feudales y el clero quienes fueron criticados por la letra de sus diversos autores.
Décadas más tarde, vemos que la aparición de las universidades también contribuyó a varios estudiantes concebir parodias humorísticas en los textos oficiales. También conocido como literatura goliardesca, abusaba de los autores anónimos y se centraba en la irreverencia a criticar a los valores de su tiempo. ‘Carmina Burana’ es una de las obras que mejor representa la acción realizada por estos autores críticos de la Baja Edad Media.
Al llegar al final de la Edad Media, se puede observar que los valores del mundo comenzaron a contrarrestar el predominio de los valores religiosos. La preocupación de los intelectuales y artistas para pensar acerca de la condición humana recorrió los primeros pasos del Renacimiento. Entre otros ejemplos, «La Divina Comedia’, el poeta italiano Dante Alighieri, y ‘El Romance de la rosa’ de Guillaume de Lorris, identificaron este cambio de énfasis y tema.