El linfoma es un tipo de cáncer (neoplasia maligna), con origen en los linfonodos, que son los ganglios del sistema linfático y están extendidos por todo el cuerpo, con importante función en la defensa del organismo contra las infecciones.
Los linfomas se pueden dividir en dos grandes grupos: el linfoma no-Hodgkin y el linfoma o enfermedad de Hodgkin. Ambos se manifiestan principalmente en los ganglios linfáticos (nodos linfáticos), especialmente en el cuello, región por encima de la línea de las clavículas y axilas.
El linfoma no-Hodgkin
El linfoma no -Hodgkin puede originarse en los linfocitos B o T, que son células con funciones específicas en la lucha contra las infecciones.
Hay varios tipos de linfoma no-Hodgkin, que se clasifican de acuerdo con el tipo de células linfoides (linfocitos B y T), morfología, inmunofenotipo y genotipo.
Los linfoma no-Hodgkin tiene un patrón difuso de crecimiento o multicéntrico, con una tendencia a extenderse en la etapa inicial de la enfermedad, volviéndose una leucemia cuando el linfoma se disemina para la sangre periférica.
Ese tipo de linfoma también se puede derivar a partir de tejidos no linfoides tales como el tracto gastrointestinal, la piel y la mucosa oral.
El tratamiento del linfoma no-Hodgkin se hace exclusivamente a través de la quimioterapia, con una duración de 2 meses a 2 años.
Enfermedad linfoma de Hodgkin
La enfermedad o linfoma de Hodgkin es mucho menos frecuente que el linfoma no-Hodgkin y siempre se origina en un ganglio linfático, nunca en un tejido no linfoide, diseminándose de modo característico de un grupo de linfonodos para otros grupos de linfonodos a través de los vasos linfáticos, pudiendo alcanzar el bazo y el hígado si no se trata.
El tratamiento del linfoma de Hodgkin se realiza con quimioterapia y radioterapia. La duración de la quimioterapia puede ser de 3 a 8 meses, dependiendo de la extensión inicial de la enfermedad. La radioterapia generalmente se realiza después de la quimioterapia.