La lechuza común se caracteriza por la forma de corazón en el disco facial © Maurice van Bruggen
Temido por unos y admirado por otros, las lechuzas fueron y continúan siendo objeto de prejuicios y la persecución. Habitantes del planeta desde hace millones de años, las lechuzas son aves que ocupan todos los continentes (a excepción de la Antártida).
En todo el mundo hay unas 210 especies de lechuzas, siendo la lechuza común (Tyto alba), del orden Strigiformes y familia Tytonidae, la única especie que presenta el disco facial en forma de corazón.
También conocida como la lechuza de los campanarios o luétiga, la lechuza vive entre nosotros y acostumbra a residir en sótanos, cobertizos, techos, graneros y torres de las iglesias. Su nombre viene del tupi y significa ‘el que no come’.
Además de las zonas urbanas, la lechuza común también habita regiones con vegetación abierta, campos y bosques. Mide alrededor de 36 centímetros de largo con una envergadura de sus alas de 75 a 110 centímetros. Las hembras pesan en promedio 570 gramos y los machos en torno a los 470 gramos. Así como en otras especies de lechuzas, la lechuza común posee una excelente visión y audición, y plumas con bordes suaves, lo que le provee de un vuelo silencioso. Diferente de otras aves de rapiña, la lechuza común coloca de 4 a 7 huevos, que son incubados durante alrededor de 32 días y generalmente consigue criar a todas las crías hasta su etapa joven.
La comida, las técnicas y los horarios de caza de esa lechuza común varían conforme a las estaciones del año y con el hábitat, pero generalmente ella sale la noche a cazar pequeños roedores (que son engullidos completamente), e insectos (básicamente murciélagos, pequeños marsupiales, anfibios, reptiles y aves).
La lechuza común, por ser un depredador de roedores como las ratas, que son consideradas plagas por los seres humanos, ayuda a mantener el equilibrio de las poblaciones de varias presas, algunos de ellas responsables de plagas agrícolas o transmisoras de enfermedades. Además, ese animal puede ser considerado indicador biológico de contaminación, por tener sensibilidad a contaminantes y metales pesados.
A pesar de todos los beneficios que traen a los hombres, las lechuzas están siendo perseguidas y asesinadas por personas que no están familiarizadas con las especies y las asocian a la muerte y malos augurios.