Hombre sudando © Ryan Hyde, Flickr®
Leche de magnesia es el nombre comercial de la solución acuosa de hidróxido de magnesio (Mg(OH)2) en una concentración de aproximadamente el 7% en masa. La principal aplicación de este líquido blanco espeso es como antiácido y laxante. Sin embargo, hay otro propósito para este producto que ha ganado más adeptos: su uso como desodorante.
Este uso se ha generalizado, entre otros motivos, por las siguientes razones:
- 1. Es una alternativa ecológica al desodorante común.
- 2. Muchas personas temen que el antitranspirante normal causa cáncer. Una rama de la medicina conocida como medicina ortomolecular sugiere que el aluminio en desodorantes y antitranspirantes puede ser absorbido por el cuerpo y se acumula, lo que aumentaría la incidencia de cáncer de mama y la enfermedad de Alzheimer. Conforme a informes técnicos hasta ahora no existe ninguna prueba científica de estas alegaciones.
- 3. La leche de magnesia es más barata que los antitranspirantes comunes, además de tener una duración mayor.
Para concluir si la leche de magnesia en realidad puede terminar con los malos olores de las axilas, necesitamos primeramente saber lo que constituye nuestro sudor y por qué él presenta ese olor desagradable.
Leche de magnesia, producto comercializado del hidróxido de magnesio
Nuestras glándulas sudoríparas ecrinas y epócrinas secretan sudor, que se compone principalmente de agua (99%) cloruro de sodio, ácidos carboxílicos de urea de masa molar baja, sales de hierro, potasio, amonio, ácido láctico, proteínas y otros componentes. Su función es regular la temperatura corporal y eliminar metabolitos.
El sudor es entonces eliminado por las glándulas sudoríparas, inicialmente sin ningún dolor desagradable. Sin embargo, en nuestra piel existen bacterias que metabolizan las sustancias del sudor y producen algunos compuestos de olor extraño, como el ácido butírico, ácido hexanoico y otros asociados a aminas y mercaptano.
Estos ácidos carboxílicos mencionados tienen un olor muy fuerte e irritante. Por ejemplo, el ácido butírico (C3H7COOH) tiene este nombre porque proviene del latín butirum, de significado ‘mantequilla’, que tiene el olor de la mantequilla rancia. El ácido caproico proviene del latín caper, que significa ‘cabra’, es el popular olor de cabra.
Así, lavar con agua y jabón las axilas reduce el mal olor, sin embargo, no termina con el olor, porque no alcanza todo el camino a través de los agentes microbianos, que pueden permanecer en la dermis, el nivel medio de la piel. Por lo tanto, se llega a la necesidad de recurrir a ‘productos químicos’.
Como hemos visto, son los ácidos los responsables de llevar el mal hedor, así, si usamos sustancias básicas en el lugar, el medio es neutralizado. Por ejemplo, si utilizamos la leche de magnesia, que es la base hidróxido de sodio, estaremos volviendo el medio básico, lo que provocará la muerte de bacterias y, consecuentemente, ellas no irán a descomponer las sustancias orgánicas eliminadas en el sudor.
Otra sustancia utilizada en talcos desodorantes es el bicarbonato de sodio (NaHCO3), porque él es capaz de neutralizar el exceso de ácido en el medio.