Lazarillo de Tormes, de título original La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, se trata de una novela precursora del género de la picaresca que consiste en siete tratados de los cuales el protagonista es el Lazarillo de Tormes. La obra es considerada como una de las grandes genialidades en la literatura española. La novela picaresca data del siglo XVI.
El protagonista es un niño pobre, huérfano y pobre que relata el transcurso de su vida desde la infancia hasta la edad adulta. Su vida se rige sólo por el hambre. A lo largo de los capítulos, el Lazarillo atraviesa una serie de etapas donde es puesto al servicio de un tercero. El autor de la obra es anónimo y tiene grandes debates sobre la atribución de autoría.
A lo largo de los capítulos, Lazarillo queda a cargo de varios personajes, unos más notables que otros: el ciego, que, aunque miserable, enseña a Lazarillo sus primeras lecciones de la vida y el escudero de quien Lazarillo aprende sobre la ternura y el respeto. En total son nueve personalidades. El objetivo de Lazarillo es la ascensión social y esta llega en el último tratado donde recibe un trabajo estable y se casa.
La novela sigue una forma de escritura en forma de cartas, como si el personaje lo contase directamente a un destinatario.
Análisis de la obra
Para comprender el género en el que se incluye la obra debemos entender el significado de pícaro, que por lo general es un ser que cuenta su historia, su autobiografía, ya sea real o ficticio, con nivel social bajo. El pícaro comienza como un niño abandonado a su suerte por sí mismo, sin padres, parientes o amigos, se convierte en una persona sin hogar condenado a la lucha diaria a través de la servidumbre. Su educación ni siquiera es básica. Situado al margen de la ley, de la moral y de las propias convenciones sociales, el pícaro tiene como objetivo principal la supervivencia.
La picaresca es una de las primeras fuentes de riqueza del siglo XVII, el Siglo de Oro. Con su constelación de nombres tales como Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Alarcón, Gracián, Góngora y Cervantes.
Aquí hemos resumido en breves trazos, el retrato de cuerpo entero del Lazarillo y de muchos pícaros. Las primeras líneas del primer capítulo ya nos dan las coordenadas de su psique y los parámetros básicos de su filosofía de vida miserable.
El Lazarillo es un espíritu travieso. Creado a partir del cinismo, es ingenuo y astuto, sin un sistema de valores lo que le permite violar todo tipo de reglas sociales impuestas por la comunidad como robar, engañar, mentir y, finalmente, cometer el crimen.
La tristeza y maltrato de la vida del personaje se suaviza con la gracia de sus relatos, sus comentarios sutiles, el humor negro, cómico y elocuente sobre las aventuras del pícaro. Se trataría de un héroe a la inversa, es decir, un anti-héroe.
La obra se acerca a una España crítica que pone en jaque los valores idealistas de la era. A través del Lazarillo conocemos una España nocturna, patética, dionisíaca, delictiva y conflictiva.
Incluso a pesar de la época de la que data la obra, el lector no puede evitar identificarse con él. Esto es inevitable debido a la proyección empática que maneja el pícaro con maestría haciéndolo un personaje engrandecido y expresivo. Detrás del personaje encontramos la denuncia: critica claramente al sistema social entre sus líneas e ironías. A veces su mensaje es cristalino y corrosivo para la Iglesia.
La narración se apoya en un lenguaje muy apetecibles, coloquial, popular. Aunque no es literario en sí mismo, no deja de serlo en términos de estructura textual. El Lazarillo por el nivel de detalles sitúa al lector en un microcosmos que revela la supresión de los valores morales, las leyes, las normas y las reglas de conducta humana.