La migraña es un dolor de cabeza diferente de las cefaleas comunes. Su dolor es resistente a los analgésicos comunes y es generalmente fuerte y persistente, pudiendo prolongarse más de un día.
Tratamiento
Su tratamiento dependerá de la intensidad de su manifestación, que puede variar de paciente a paciente. La especialidad médica que mejor se adapta para el tratamiento de la migraña es la neurología.
Control de la enfermedad
Siendo una herencia genética, la migraña es una enfermedad que no tiene cura, pero puede ser controlada y sus síntomas reducidos. Dado que no se exponen a desencadenantes ambientales de sus crisis, pueden tener una disminución significativa de sus manifestaciones.
Adoptar medidas para controlar el medio externo, evitando ciertos alimentos y bebidas, el control del estrés, distanciamiento del exceso de exposición al sol, evitar el ruido, entre otras precauciones, resulta beneficioso porque ayuda a prevenir nuevas crisis.
Alimentos y bebidas que propician las crisis
Los alimentos y bebidas que más a menudo desencadenan una crisis se pueden resumir en:
- Cerveza.
- Vino (especialmente el tinto).
- Embutidos en general (salchichas, chorizo , salami, mortadela, jamón…).
- Alimentos de coloración roja, en conserva.
- Grasas y alimentos fritos.
- Chocolates.
- Café, té y refrescos de cola.
- Aspartamo (edulcorante artificial).
- Glutamato monosódico (tipo de sal utilizada como un potenciador del sabor, especialmente en la comida china).
Otros factores desencadenantes
- Los hábitos alimentarios: permanecer más de 5 horas seguidas sin comer.
- Los hábitos de sueño: dormir más o menos de la hora habitual.
- Entrada en ambientes fríos, estando antes en ambientes calientes o viceversa.
- Ingestión de líquidos fríos con el cuerpo caliente o sudando mucho.
- Los factores emocionales y el estrés.
- El ciclo menstrual y los factores hormonales.
- El reemplazo hormonal.