En la posguerra, la construcción de un mundo bipolarizado pareció dibujar un conjunto de transformaciones que rompe los límites de los territorios nacionales. El conflicto de intereses entre el bloque capitalista y comunista nos dio la impresión de que las instituciones, prácticas económicas y hasta la concepción del mundo atravesaron la bifurcación de caminos distintos.
En disputa luchada por Estados Unidos y la Unión Soviética, el mundo perdió su aspecto diverso para inclinarse ante la interferencia de las dos grandes potencias. En este contexto, Estados Unidos sería un campo homogéneo de dominación del bloque capitalista. Sin embargo, todo este esfuerzo en favor del total alineamiento político hacia el modelo capitalista sufrió grandes resistencias. La iniciativa de grupos políticos comunistas y nacionalistas frente a la presencia de los imperialistas de Estados Unidos se manifestó en varios países de América Latina.
La movilización opositora llegó a tal punto que la imposición de la dictadura era la única estrategia viable para contener algún tipo de manifestación desviada al orden bipolar de adoctrinamiento. En algunos casos, los movimientos revolucionarios y las guerrillas fueron un proceso de movilización para las políticas nacionales de oposición. La acción guerrillera más famosa conocida se constituyó en Colombia a finales de los años 60.
La lucha de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC), iniciada de la movilizar a los campesinos comunistas liderados por Manuel Marulanda (1930- 2008), mejor conocido como Tirofijo, se extiende a hasta los días de hoy. Ese grupo inconformista con la mala situación económica y social de Colombia decidió, a lo largo de 40 años de lucha, controlar el territorio sur del país, creando esferas de poder paralelo. Sin embargo, es importante señalar que Colombia no agrupa exclusivamente a ese grupo guerrillero. Otras facciones de orientación política diversa también se instalaron en territorio colombiano.
Actualmente, muchos sectores critican a las FARC como un grupo de acción terrorista sostenido por el lucro del tráfico de drogas. La naturaleza combatiente de las FARC y la disputa entre los otros grupos paramilitares y las guerrillas del país evitan algún tipo de juicio para saber acerca de las metas reales y las prácticas del grupo. Sin embargo están en evidencia los secuestros, asesinatos y presiones diplomáticas asociadas con el grupo.
De hecho, las diferencias de los grupos armados presentes en Colombia demuestran la debilidad de las instituciones políticas del país. Las FARC son ramificaciones de una historia política de América Latina, donde la falta de representatividad de sus instituciones incita a ciertas porciones de la población, independientemente de su orientación marxista o conservadora, a entrar en la defensa armada y garantizar sus intereses.
En los años 80, la guerrilla de las FARC intentó las vías representativas oficiales con la creación de la Unión Patriótica. No obteniendo grandes conquistas regresaron al uso de la guerrilla para sustentar su proyecto revolucionario. En el fin de los años 90, durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana se intentó una negociación práctica y pacífica capaz de dar fin al problema causado por las muertes y el desgaste militar entre el Estado y los grupos armados.
En el año 2000, los Estados Unidos decidieron intervenir en el asunto mediante la creación de un plan de cooperación con Colombia. El Plan Colombia instituyó el fondo de ayuda a través del cual los Estados Unidos enviarían recursos y tecnología militar contra la guerrilla. Aun así, las FARC hoy sobreviven a la presión que rodean su proyecto de toma del poder en Colombia.
