Incluso establecer una amplia gama de justificaciones, las naciones imperialistas eran responsables de la creación de una serie de problemas en los países dominados. Tal proyecto civilizatorio defendido por los partidarios del neocolonialismo terminaría trayendo cambios y problemas que aún hoy no están concluidos. Según varios estudiosos del tema, los países africanos y asiáticos todavía experimentan los terribles efectos de control desarrollado en el siglo XIX.
Uno de los temas más delicados puede observarse con respecto al proceso de ocupación territorial. Muchas veces, haciendo caso omiso de la historicidad y las diferencias de las personas de una misma localidad, los imperialistas hicieron que un mismo territorio agrupase etnias y tribus rivales. Con ello, incluso tras la salida de las potencias industriales, estas regiones se muestran aisladas por conflictos, guerras civiles y eventos genocidas de razones diversas.
Por otra parte, debemos destacar que la presencia extranjera fue acompañada por un desenfrenado interés para extraer la mayor parte de las riquezas naturales del espacio colonizado. Por lo tanto, naciones que hoy podrían disfrutar de una mejor situación económica y social y una mayor estabilidad, enfrentan el reto de la escasez de recursos considerados esenciales para el apoyo de su pueblo. En la actualidad, varias regiones dominadas durante el siglo XIX enfrentan los peligros de la miseria y la pobreza.
Otra gran cuestión gira en torno a la desarticulación de varias costumbres, tradiciones y creencias religiosas que fueron arraigadas durante siglos entre los pueblos dominados. Por juzgarse superiores a las demás culturas existentes, los imperialistas perseguían prácticas culturales que delineaban la identidad de los pueblos dominados. Así, la autonomía de pensar y conducir la propia cultura fue usurpada por la introducción de las directrices occidentales y la inculcación de valores educativos en base a ideologías y la religión dominante, el cristianismo.
En la actualidad, varios organismos internacionales tratan de ayudar en la recuperación de las regiones más seriamente afectadas. Al mismo tiempo, varios activistas políticos argumentan que el perjuicio causado por la acción imperialista es parcialmente apaciguado por el perdón de la deuda externa de las naciones perjudicadas por el imperialismo. De hecho, será necesario un gran esfuerzo para que todas estas debilidades cedan espacio para días más prósperos y felices.
