¿Qué es un ser vivo? ¿Qué lo diferencia de la materia bruta? Aunque existe una amplia variedad de seres vivos, en un sinfín de maneras, algunos específicos difieren de un grano de área, un vaso con agua o incluso una roca.
A diferencia de la materia bruta, los seres vivos poseen moléculas orgánicas en su constitución. Además, en su composición están incluidos átomos de hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y, en proporciones menores, fósforo y azufre.
Estas sustancias se unen, formando células, las unidades fundamentales de estos organismos. En su interior, hay una serie de procesos químicos esenciales para la vida, responsable de su metabolismo. Permiten, por ejemplo, el crecimiento del individuo, a través de la producción de nuevas moléculas orgánicas, su disposición a través del proceso nutricional.
Las células forman tejidos y éstos, a su vez, los órganos. Sistemas de órganos capaces de realizar funciones específicas forman sistemas. Por ejemplo, la capacidad de reaccionar a los estímulos, generalmente con la realización de movimientos, es proporcionada por la acción de los sistemas sensorial, motor y emocional. En cuanto a la reproducción sexuada, se produce a través de los órganos del sistema genital.
La reproducción permite la transmisión de caracteres de un individuo a otro, gracias a las instrucciones genéticas inscritas en el ADN, definiendo las características típicas para cada tipo de organismo – proceso denominado de heredabilidad. Algunos individuos unicelulares son capaces de reproducirse por división celular y elongación, dando lugar a nuevas generaciones idénticas entre sí mismos, sin que ello suponga el intercambio de gametos.
Los organismos se caracterizan por ser un conjunto de sistemas; y las agrupaciones de los organismos de la misma especie forman poblaciones. Poblaciones distintas, interactuando en un mismo lugar, forman comunidades. Éstos, relacionados con los factores abióticos (sol, lluvia, viento, disponibilidad de nutrientes, etc), conforman un ecosistema. Y todos los ecosistemas juntos forman la biosfera.
Los miembros de la misma población tienden a tener variaciones genéticas individuales como resultado de eventos específicos, tales como las mutaciones no letales. Esta variabilidad genética permite, bajo ciertas condiciones, que tales especificaciones sean ventajosas para un grupo determinado de personas, siendo gradualmente los otros individuos eliminados por selección natural. Así, algunos se vuelven más aptos para la supervivencia, aumentando las oportunidades de dejar descendientes; es la selección natural descrita por Charles Darwin.
Si estas peculiaridades son hereditarias, puede transmitirse a las proles venideras, configurando, a lo largo del tiempo, un proceso de mejor ajuste al ambiente en que tales individuos viven (evolución). De esa forma, se vuelven mejor adaptados al medio.