La ciencia encargada del estudio de la dinámica del agua es la hidrología. A través de ella es posible analizar el ciclo del agua, sus características, y diferenciar los diversos cuerpos de agua en el planeta Tierra. La laguna, que a menudo se confunde erróneamente con los lagos, es un medio acuático analizado por la hidrología.
El término laguna procede del latín lacuna. Este entorno está formado en la tierra degradada, o en depresiones, y abriga aguas tranquilas de poca profundidad que puede ser dulce o salada. Las lagunas se encuentran en el borde litoral, siendo alimentadas por otras fuentes como el agua de los ríos (dulce) y, en algunas ocasiones, por aguas oceánicas, por medio de mares y canales.
Las aguas de las lagunas y el mar están separadas por cordones litorales, sin embargo, muchos de estos entornos tienen canales que proporcionan un contacto constante con el océano. Este factor determina el grado de salinidad de las aguas de una laguna, ya que cuanto mayor sea el contacto entre los dos entornos, mayor es su salinidad. En las regiones donde hay mayor flujo de las descargas de agua dulce, la salinidad es menor. La temperatura es otro factor responsable de esta característica del agua, las altas temperaturas mejoran el proceso de evaporación, por lo tanto hay una mayor concentración de sal en el agua.
A pesar de tener poca vegetación y escasa fauna, las lagunas son de gran importancia para el equilibrio ambiental, ya que proporcionan alimentos ricos en nutrientes a la base de la cadena alimentaria oceánica. Este ambiente también se utiliza como refugio para la reproducción de algunas especies marinas.
