La trombosis es una enfermedad caracterizada por la obstrucción parcial o total de los vasos sanguíneos por un trombo (coágulo de sangre).
Trombosis arterial
La trombosis arterial es a menudo más peligrosa que la trombosis venosa, ya que impide que las células sean oxigenadas por la sangre arterial, provocando la muerte del tejido (necrosis).
En el cerebro, provoca el accidente cerebrovascular (CVA); en el corazón provoca infarto; mientras, en las piernas causa gangrena.
Trombosis venosa
La trombosis venosa puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, aunque es más común en las venas profundas de las piernas y los muslos, pudiendo estar asociada a una inflamación venosa (flebitis). En estos casos, la trombosis se llama tromboflebitis.
Mientras que el coágulo se pega a las paredes de las venas, recibe el nombre de trombos. Sin embargo, cuando se desprende, se denomina émbolo, que migra y comienza a recorrer el árbol venoso del cuerpo.
El émbolo puede ser instalado en el corazón y los pulmones y causar embolia pulmonar, situación que a menudo conduce a la muerte por insuficiencia respiratoria.
Trombosis venosa profunda
La trombosis venosa profunda (TVP) ocurre generalmente en personas hospitalizadas como resultado de complicaciones quirúrgicas y clínicas.
Cerca de 2 a 5 años después de la aparición de trombosis venosa profunda, cicatrices dejadas por el coágulo dentro de las venas conducen al síndrome posflebítico.
Esta complicación se caracteriza por inflamación crónica de las piernas, pigmentación oscura, eczema y rigidez de la piel, aparición de grandes venas varicosas y úlceras en las piernas.
Los síntomas de la trombosis venosa profunda son:
- Edema;
- Dolor en las piernas en reposo, de pie o caminando;
- Aumento de la temperatura local;
- Dilatación de venas superficiales;
- Piel pálida o azulada en la región de la hinchazón o de dolor;
- Dolor en la palpación de la trayectoria de la vena sospechosa de tener el coágulo.
Los síntomas dependerán de la ubicación y el grado de obstrucción venosa.
Los factores de riesgo de la trombosis venosa profunda son:
- La vejez;
- La inmovilidad;
- La obesidad;
- Las varices gruesas;
- El post-operatorio;
- El embarazo y el posparto tardío;
- Los anticonceptivos orales y la reposición hormonal;
- La insuficiencia cardíaca;
- Tumores malignos en actividad;
- Histórico de trombosis venosa;
- Anormalidad genética en el sistema de coagulación (trombofilia);
- Fumar;
- Los largos períodos sin movilizar miembros, como en los vuelos largos o viajes por carretera.
El tratamiento de la trombosis venosa consiste en:
- Administración de anticoagulantes;
- Descanso prolongado;
- Elevación de las piernas;
- Medias elásticas;
- Masajeadores neumáticos intermitentes.