La Ruta de Seda conforma una serie de rutas interconectadas a través del sur de Asia y destinadas al comercio de seda entre Oriente y Europa. Los medios de transporte que rodeaban tales caminos eran las caravanas y embarcaciones oceánicas que hacían la conexión entre países. En el comienzo, la ruta conectaba la ciudad de Chang’an en China hasta Antioquía en Asia menor, sin embargo, su influencia fue aumentando hasta Corea y Japón, formando así la mayor red comercial del Mundo Antiguo.
Esas rutas no fueron importantes solamente para el crecimiento y desarrollo de regiones y de grandes civilizaciones como Egipto Antiguo, Mesopotamia, China, Persia, India y Roma. Todas las civilizaciones implicadas fueron esenciales para fundamentar el inicio del mundo moderno.
La Ruta de la Seda continental se divide en rutas del sur y del norte, a causa de los grandes centros comerciales que se encuentran en el norte y el sur de China. La ruta del norte cruzó toda Europa del Este –los comerciantes fundaron ciudades como Bulgaria– la península de Crimea, el Mar Negro, el Mar de Mármara, llegando a los Balcanes y finalmente Venecia; la ruta del sur recorre Turkmenistán, Mesopotamia y Anatolia. En este punto, tal ruta se divide en rutas que conducen a Antioquia (en la Anatolia meridional, que es bañada por el mar Mediterráneo) o a Egipto y al Norte de África.
Entendiendo la Ruta de Seda
Hablar de Ruta del Seda sin querer entender le comercio de la seda es completamente difícil. En el pasado remoto, los chinos aprendieron a fabricar fibra a partir de la fibra blanca obtenido de los capullos de gusanos de seda. Únicamente los chinos sabían fabricarlas y mantenían su secreto bien guardado. Cuando ellos comenzaron a contactar con otras ciudades de Occidente, encontraron personas muy dispuestas a pagar un alto precio por ese producto.
Un lado muy positivo de ese proceso de producción de seda , y principalmente de todas esas rutas destinadas al transporta de esta materia prima, fue que los dos lados (tanto la China productora como el Occidente consumidor) aprendieron sobre las diferentes culturas y facilitó la expansión de ideas.
La ruta de seda fue el camino más largo que el mundo tenía que conectaba Oriente y Occidente en el siglo XIII y XIV y ese comercio fue próspero durante el periodo del imperio mongol.
En 1250 el gran emperador Genghis Khan gobernó la región que se extendía desde el Mar Amarillo hasta el Mar Negro, y así el comercio era realizado en esa extensión de 6.400 kilómetros. Más tarde, un miembro de la dinastía Khan se volvió emperador y promovió la ruta entre comerciantes como Marco Polo. La seda no fue el único producto a comercializar: especias, remedios, marfil, plantas peculiares, productos textiles, piedras preciosas y animales exóticos fueron ofrecidos a Occidente. Los productos eran transportados en camellos, caballos, bueyes y caravanas.
No obstante, varios factores determinaron el fin de la Ruta de Seda. El motivo principal que acabaría con las conexiones comerciales fue la peste negra y la expansión marítima hacia nuevos continentes.