La religión constituye una actividad humana basada en creencias y aspectos culturales, además de visiones del mundo, que fijan los símbolos que asocian la humanidad con la espiritualidad y sus propios valores morales. Muchas religiones tienen narrativas, símbolos, tradiciones e historias sagradas que se destinan a dar sentido a la vida o a explicar su origen y del universo. Las religiones tienden a derivar de la moralidad, la ética, las leyes religiosas o un estilo de vida preferido de sus ideas acerca del cosmos y la naturaleza humana.
La palabra religión se utiliza a menudo como sinónimo para el sistema de fe o creencia, pero la religión difiere de la creencia privada en que tiene un aspecto público. La mayoría de las religiones tienen comportamientos organizados, incluyendo jerarquías clericales, una definición que constituyó la adhesión o afiliación, congregaciones de laicos, reuniones regulares o servicios para fines de veneración o adoración de una divinidad o para la oración, lugares (naturales o arquitectónicos) y/o escrituras sagradas para sus practicantes. La práctica de una religión puede también incluir sermones, conmemoración de las actividades de un dios o dioses, sacrificios, fiestas, festivales, trance, iniciaciones, servicios funerarios, nupcias, meditación, música, arte, baile u otros aspectos religiosos de la cultura humana.
El desarrollo de la religión tomó diferentes formas en diferentes culturas. Algunas religiones pusieron el énfasis en la creencia, mientras que otros hacen hincapié en la práctica. Algunas religiones se centran en la experiencia religiosa subjetiva del individuo, mientras que otros consideran las actividades de la comunidad religiosa más importantes. Algunas religiones pretenden ser universales, creyendo que sus leyes y cosmología no son válidas o vinculantes para todas las personas, mientras que otros están destinados a ser practicados sólo por un grupo claramente definido o situado. En muchos lugares, la religión se ha asociado con instituciones públicas, como la educación, hospitales, familia, gobierno y jerarquías políticas.
Algunos académicos que estudian el tema han dividido a las religiones en tres grandes categorías: las religiones del mundo, un término que se refiere a las creencias interculturales e internacionales; religiones indígenas, que se refiere a los grupos religiosos más pequeños, de una cultura o país específico; y el nuevo movimiento religioso, que se refiere a las creencias recientemente desarrolladas. Una teoría académica moderna sobre la religión, el constructivismo social, dice que la religión es un concepto moderno que sugiere que toda práctica espiritual y culto sigue un modelo similar al de las religiones monoteístas abrahámicas, como un sistema de guía que ayuda a interpretar la realidad y definir a los seres humanos. Así la religión, como concepto, se ha aplicado inadecuadamente a culturas no occidentales que no están basadas en dichos sistemas o en que estos sistemas son una construcción substancialmente más simple.
Características
Aunque cada religión tiene elementos propios, también es posible establecer una serie de elementos comunes a diversas religiones y que puede permitir una mejor comprensión del fenómeno religioso.
Las religiones tienen grandes narrativas que explican el comienzo del mundo o tratan legitimar su existencia, de una forma diferente a la perspectiva científica del evolucionismo. El ejemplo más conocido es quizás el relato del Génesis en la tradición judía y cristiana. En cuanto a la legitimidad de la existencia y la validez de un sistema religioso, esto tiende a atraer a una revelación o una sabiduría por parte de uno de los fundadores, como en el budismo, donde Buda alcanzó la iluminación mientras meditaba bajo una higuera o en el Islam, donde Mahoma recibió la revelación del Corán de Dios.
Las religiones tienden también a santificar ciertos lugares. Las razones para esa sacralización son variadas y se refieren a cierto acontecimiento en la historia de la religión (por ejemplo, la importancia del Muro de los lamentos en judaísmo o la iglesia del Santo Sepulcro en el cristianismo) o porque estos lugares están asociados con acontecimientos milagrosos (santuarios católicos de Fátima o Lourdes) o porque son marcas de eventos religiosos relacionados con la mitología de la propia religión (monumentos megalíticos como Stonehenge, en el caso de las religiones paganas). En la antigua religión griega, los templos no eran lugares para la práctica religiosa, sino más bien lugares donde se creía que habitaba la divinidad, siendo por ello sagrado.
Las religiones afirman que ciertos períodos de tiempo son especiales y dedicados a una interacción con lo divino. Estos períodos pueden ser anuales, mensuales, semanales, o incluso pueden desplegarse a lo largo de un día. Algunas religiones creen que ciertos días de la semana son sagrado (Shabbat en judaísmo o el domingo del cristianismo), otros marcan esos días sagrados de acuerdo con fenómenos de la naturaleza, como las fases de la luna, en la religión neopagana Wicca, en que todo primer día de luna llena esbat es considerado sagrado. Las religiones proponen fiestas o periodos de ayuno y meditación que se desarrollan a lo largo del año. En este sentido, dominan las festividades cristianas en Occidente.