¿Sabes de esa película, vista en la penumbra y en buena compañía, saboreando unas deliciosas palomitas o incluso disfrutándola en el cine con su maravilloso sonido? Es eso mismo, el cine. Fueron necesarios muchos años para alcanzar la tecnología que hoy es disfrutada por nosotros. Para los cinéfilos, amantes de una buena película vista en las grandes pantallas de cine es interesante saber cómo comenzó esa historia.
Fue así como surgieron los inicios del cine: alrededor de 1920, la unión de la película era un trabajo arduo, eran exigidos ciertos materiales (lupa, tijeras, pegamento) y aquellos que se aventurasen a realizar ese trabajo debían tener una visión muy bien desarrollada y una memoria excelente. Pero lo que queremos destacar en este contexto es la presencia del compuesto químico como personaje principal de la historia: el nitrato de celulosa. Fue gracias a esta sustancia que aparecieron las películas donde eran impresas las primeras imágenes.
Fórmula del nitrato de celulosa © Wikipedia.org
El nitrato de celulosa es un material altamente inflamable producido a partir de la celulosa (pulpa de la madera) mezclada con ácido nítrico concentrado. Fue descubierto en 1846 por el químico Christian Friedrich Schönbein (1799-1868). La característica que permitió al nitrato de celulosa ser utilizado en el cine fue su elasticidad, siendo posible estirarlo en largas tiras que corresponden a las del rollo de película antiguos del cine.
La razón del uso de nitrato de celulosa en el cine es ahora extinta dado que es altamente inflamable. Se sabe que muchas reliquias del cine clásico fueron consumidas en incendios procedentes específicamente de ese compuesto.