El terrorismo se ha convertido en prominente en el siglo XXI. Se ha sostenido, por encima de las guerras entre los países como la principal amenaza a la humanidad, por su imprevisibilidad, la dificultad o incluso la imposibilidad de control y la falta de visibilidad del enemigo. Nadie sabe cuando y donde puede experimentar un nuevo ataque, de ahí el peligro de estas células. De hecho, el terrorismo y la lucha contra él se han colocado como asignaturas obligatorias en las relaciones internacionales.
En el siglo XX, fueron varios grupos que utilizan el terrorismo como estrategia de lucha. El mejor ataque conocido fue promovida por el movimiento pan-eslavista la Unidad o Muerte, popularmente conocida como Mano Negra. En una visita a Sarajevo, capital de Bosnia, una región que había sido anexada al Imperio Austro-Húngaro, el príncipe heredero Francisco Fernando y su esposa fueron asesinados en un ataque cuya autoría se atribuyó a un estudiante nacionalista serbio, Graville Princip, vinculado a la organización de la Mano Negra. El ataque condujo a Austria-Hungría a declarar la guerra a Serbia y marcó el comienzo del primer conflicto de dimensiones mundiales, la Primera Guerra Mundial.
