Espectro visible © Universidad de Sevilla
Sabemos que todas las ondas electromagnéticas se propagan en el vacío con la velocidad de la luz. Las ondas electromagnéticas transportan impulso y energía para lejos de una fuente. Es importante recordar que las ondas electromagnéticas se distinguen por su frecuencia y longitud de onda, y la interacción de estas ondas con la materia depende de la frecuencia de la estructura de la onda y de la estructura atómico-molecular de la materia.
La forma más simple de las ondas electromagnéticas se corresponde con el espectro electromagnético que nuestro ojo puede ver. La luz es producida por cuerpos que son de alta temperatura (como el filamento de una bombilla) y por la reorganización de los electrones en átomos y moléculas.
Las longitudes de onda de la luz visible se clasifican de acuerdo al color, del violeta, que tiene una longitud de λ = 4 . 10-7 m a rojo cuya longitud de onda es λ = 7. 10-7 m. Por tanto, la sensibilidad de los ojos es una función de la longitud de onda y es máxima para una longitud de onda λ = 5,5 . 10-7 m (amarillo-verde). La visión es el resultado de las señales transmitidos al cerebro por dos elementos presentes en la retina: los conos (pedículos) y los bastones (esférulas).
Los conos son elementos que se activan cuando existe la presencia de luz de forma intensa (como la del día); y son sensibles al color. Dado que los bastones son elementos capaces de actuar con iluminación menos intensa (como, por ejemplo, en una sala oscura); y son menos sensibles al color.
La luz es tan importante que originó ella misma el desarrollo de una rama especial de la física aplicada: la óptica. Esta ciencia estudia los fenómenos relacionados con la luz y la visión, que también incluye el diseño de instrumentos ópticos.
