El amplio uso de elementos químicos en beneficio del hombre sigue paralelamente con la enorme incidencia de contaminación por los mismos. Al final, ¿cómo puede un mismo elemento traer beneficio y al mismo tiempo ocasionar la muerte de organismos?
Por ejemplo, la ingesta de manganeso está indicada mantener nuestro cuerpo en funcionamiento; por el contrario el consumo excesivo puede causar efectos adversos sobre el sistema nervioso, respiratorio y otros órganos.
Todo esto puede explicarse por la clasificación que el metal recibe, veamos:
- 1. Elementos esenciales: calcio, hierro, zinc, cobre, níquel, magnesio, sodio y potasio.
- 2. Microcontaminantes ambientales: cadmio, mercurio, aluminio, titanio, estaño, arsénico, plomo y tungsteno.
- 3. Elementos esenciales y simultáneamente microcontaminantes: hierro, cobalto, manganeso, níquel, cromo y zinc.
Los microcontaminantes son también conocidos como metales pesados. Todas las formas de vida, desde las bacterias hasta el ser humano, son afectadas por la presencia en abundancia, pero como hemos visto, son esenciales para el crecimiento de todos los tipos de organismos. ¿Cómo proceder en esta ambigüedad? Tomar cuidado al ingerir elementos esenciales, la sobredosis no está indicada en ninguno de los casos.