El movimiento filosófico de la Ilustración había surgido en Francia del siglo XVII y defendió el dominio de la razón sobre la visión teocéntrica que dominó el escenario europeo desde la Edad Media. Según los filósofos de la Ilustración, esta manera de pensar tenía el propósito de iluminar la oscuridad que rodeaba a la sociedad.
Ideales de la ilustración
Los pensadores que defienden estas ideas creían que el pensamiento racional debía ser llevado adelante sustituyendo las creencias religiosas y el misticismo, que, según ellos, bloqueaban la evolución del hombre. El hombre debería ser el centro y pasar a buscar respuestas para las cuestiones que, hasta entonces, eran justificadas apenas mediante la fe.
Siglo de las Luces
El apogeo de este movimiento fue alcanzado en el siglo XVIII, y esto llegó a ser conocido como el Siglo de las luces. La ilustración fue más fuerte en Francia, donde influyó en la Revolución Francesa a través de su lema Liberté, égalité, fraternité (Libertad, igualdad, fraternidad en francés). También tuvo influencia en otros movimientos sociales como la independencia de las colonias inglesas en América del norte.
Para los filósofos de la Ilustración, el hombre era naturalmente bueno, pero era corrompido por la sociedad con el tiempo. Ellos creían que si todos formasen parte de una sociedad justa, con derechos iguales a todos, la felicidad común sería alcanzada. Por este motivo, los ilustrados se opusieron contra el carácter religioso, las prácticas mercantilistas, el sistema absolutista, además de los privilegios concesionados a la nobleza y al clero.
Los burgueses fueron los principales actores en esta filosofía, porque, a pesar de la riqueza que poseían, no tenían ningún poder en cuestiones políticas debido a su limitada participación. En ese momento, el viejo régimen era todavía aplicado en Francia, y en esta forma de gobierno, el rey poseía todos los poderes. Otra forma de impedimento para los burgueses eran prácticas mercantilistas donde el gobierno interfirió en cuestiones económicas.
En el antiguo régimen, la sociedad se dividió de la siguiente manera: en la parte superior de la pirámide el rey y sus familiares; en segundo lugar, la nobleza y el clero; en el tercer estad se encontraron los burgueses y los trabajadores de la ciudad y el campo. Con el fin de este poder, los burgueses tuvieron libertad comercial para ampliar significativamente sus negocios, una vez que, con el fin del absolutismo, fueron retirados no solo los privilegios de pocos (clero y nobleza), sino también las prácticas mercantilistas que impedían la expansión comercial para la clase burguesa.
Filósofos principales
Los principales filósofos de la Ilustración fueron: John Locke (1632-1704), creyó que el hombre adquiría conocimiento con el paso del tiempo a través del empirismo; Voltaire (1694-1778), defendió la libertad de pensamiento y no escatimó en críticas contra la intolerancia religiosa; Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), defendió la idea de un estado democrático que garantizase la igualdad para todos; Montesquieu (1689-1755), abogó por la división del poder político en las ramas Legislativo, Ejecutivo y Judicial; Denis Diderot (1713-1784) y Jean Le Rond d´Alembert (1717-1783), organizaron una enciclopedia que reunió a conocimientos y pensamientos filosóficos de la temporada.