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La Iglesia Católica Apostólica Romana

La Iglesia Apostólica Romana
Iglesia Católica Apostólica Romana, denominación de la iglesia cristiana de mayor relevancia e implantación en el mundo. En cuestiones de fe, sus componentes reconocen la autoridad suprema del obispo de Roma, el papa. La palabra católico (del griego katholikos, ‘universal’) se emplea para denominar a esta Iglesia desde su periodo más temprano, en el momento en que era la única cristiana. Gracias a una sucesión episcopal incesante desde san Pedro hasta la actualidad, la Iglesia católica apostólica romana se juzga a sí misma la única heredera legítima de la misión que Jesucristo encomendó a los doce apóstoles así como de los poderes que les entregó. Ha ejercido una penetrante influencia en la cultura europea y en la divulgación de los valores de ésta en otras culturas. Tiene gran relevancia numérica en Europa y América Latina, aunque igualmente es considerable su influencia en otras partes del mundo. Al comenzar el siglo XXI, contaba con 1.083 millones de incondicionales (un 17% de la población mundial).

Estructura de la Iglesia Católica Apostólica Romana

Según la tradición cristiana primitiva, su unidad fundamental de organización es la diócesis, asignada a un obispo. La Iglesia católica está integrada por en torno a 1.800 diócesis y 500 archidiócesis, las cuales, en la actualidad, no son más que sedes más distinguidas sin la jurisdicción especial que propugnaban antiguamente sobre los obispos cercanos. La iglesia más relevante de una diócesis es la catedral, donde el obispo preside la misa y otros cultos. La catedral contiene la cátedra (del latín cathedra, ‘silla’) episcopal, desde donde el obispo predicaba a la comunidad en los primeros tiempos.

El obispo

El obispo tiene el oficio litúrgico más relevante de la diócesis. En resumen, se distingue de un sacerdote en la aptitud de conferir las órdenes sagradas y de conceder de manera habitual el sacramento de la confirmación. El obispo igualmente ostenta el más alto poder jurídico: tiene derecho a admitir sacerdotes en su diócesis y a prohibirles el ejercicio dentro de ella; se encarga de igual forma de asignar parroquias u otras labores a los sacerdotes que están a su puesto. Por lo general, el obispo delega los conflictos administrativos en su vicario, su canciller u otros empleados públicos. En diócesis muy amplias puede alcanzar la ayuda de obispos auxiliares.

El clero

El clero secular y regular se encuentra bajo la directa jurisdicción del obispo. No se constituye de miembros de órdenes o congregaciones religiosas, sino de los que han sido incorporados de una forma estable a la diócesis bajo la autoridad del obispo local. Lo constituyen los sacerdotes de las parroquias y los que en ellas se encuentran dirigidos.

Pero, el clero regular se debe ante todo a sus órdenes o congregaciones, que normalmente van más allá de los límites de una sola diócesis. Mientras trabajen en ella deben respetar las decisiones del obispo en las cuestiones públicas referidas al culto, sin embargo gozan de una gran libertad en el ejercicio de sus funciones. Lo mismo puede decirse de las monjas (e igualmente, en su caso, las hermanas) y de los monjes, que pertenecen a una congregación, sin embargo, no forman parte del clero. Su labor destacada suele consistir en la atención a las escuelas, los hospitales y otras fundaciones de caridad de la diócesis. A partir del Concilio Vaticano II, los laicos, esto es, los miembros de la Iglesia que no pertenecen a ninguna orden religiosa, han asumido un papel cada vez más relevante ayudando a los sacerdotes y a los obispos, en especial en asuntos prácticos e incluso en el ejercicio pastoral, como la catequesis (formación religiosa).

El papa

El rango de mayor autoridad de la Iglesia católica apostólica romana es el papa, cuyas resoluciones son decisivas en cualquier asunto. El papa asigna o traslada de diócesis a los obispos. A pesar de que éstos ejercen sus poderes gracias a su condición, no pueden hacerlo de una forma legítima sin la autorización del pontífice. El 15 de septiembre de 1965, Pablo VI instituyó el Sínodo de los Obispos, un cuerpo representativo de obispos y otros puestos que puede ser consultado por el papa sobre asuntos relevantes. El primer sínodo se convocó en la Ciudad del Vaticano en 1967 y desde ese momento se ha vuelto a convocar en varias ocasiones. Los sínodos no deben no distinguirse con los concilios ecuménicos, solemnes reuniones de todos los obispos del mundo. La Iglesia católica sólo ha conmemorado 21 concilios de este tipo en toda su larga historia. El último fue el Concilio Vaticano II (1962-1965). Mientras se encuentran con el papa, los concilios ejercen la autoridad suprema dentro de la Iglesia.

Los cardenales

Los cardenales son los más altos dignatarios de la Iglesia después del papa. Son nombrados por el sumo pontífice y forman el Sacro Colegio Cardenalicio. Al fallecer el papa eligen a su sucesor en un cónclave. La mayoría de los cardenales son obispos de diócesis situadas por todo el mundo y otros son jefes de congregaciones sagradas de la administración papal. El Sacro Colegio Cardenalicio se encontraba restringido a 70 miembros (6 obispos cardenales, 50 sacerdotes cardenales y 14 diáconos cardenales). En 2005 el número de cardenales era de 183, y la mayoría había sido nombrada por el papa Juan Pablo II.

La curia

Al papa le ayuda en la administración de la Iglesia una compleja burocracia denominada curia. De orígenes remotos, la curia reside en la Ciudad del Vaticano. Hoy está dirigida por el secretario de Estado, al que informan diferentes oficinas que son actualmente el Consejo para los Asuntos públicos de la Iglesia y otras diez congregaciones, tres tribunales, tres secretarías y otros despachos.

Iglesias de rito oriental

Casi todos los miembros de la Iglesia católica siguen una disciplina, un ritual y un canon convencionales que se realizaron en los primeros años de la diócesis de Roma. Pero, otros siguen sus propias tradiciones seculares. Éstos pertenecen a las Iglesias de rito oriental o Iglesias uniatas, como la maronita, la caldea, la rutena o la ucraniana. Algunas de estas Iglesias practican la comunión con vino y pan, el bautizo por inmersión y permiten que el clero contraiga casamiento.

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