A veces definir un concepto primitivo como es el caso del cero es más complicado que definir otros conceptos recurrentes, dichos como más elementales.
La historia del cero es relativamente confusa teniendo en cuenta que existen múltiples historias y algunas de ellas son contradictorias. En realidad, no se sabe el lugar en que surgió por primera vez, ni la forma exacta en que fue desarrollado por las diferentes civilizaciones. Además, el propio concepto encierra principalmente para las lenguas indoeuropeas, un cierto carácter paradójico al pretender representar la inexistencia o la nada de aquello que se calcula.
Lo cierto es que hubo más de una civilización que desarrolló el concepto de cero, sin poder precisarse, sin embargo, si lo hicieron bajo la influencia de otras.
Cabe señalar que el uso de la palabra cero abarca dos conceptos distintos: uno es el dígito cero para usar como relleno de valor en un sistema de numeración posicional para adoptar esta característica; el otro es el número cero como cardinal del conjunto vacío.
En la civilización babilónica, ya en el 500 a.C., se usaba un sistema de numeración de base 60 con un símbolo (dos cuñas oblicuas) para indicar si determinado orden era vacío, pero solamente alrededor del 200 al 300 d.C. es cuando se comenzó a utilizar un símbolo para representar el número cero.
Por su parte, los mayas ya usaron desde el 350 a.C., un símbolo con una forma semejante a un ojo para indicar el cero. El símbolo maya del cero era usado para indicar la ausencia de cualquier unidad de los varios órdenes del sistema de base 20 modificado.
Los chinos, hasta el siglo VIII, dejaron en sus ábacos una posición vacía, como correspondencia a la nada (cero), habiendo cambiado esta situación cuando empezaron a usar una forma redondeada para denotar el cero.
Algunos historiadores colocan la hipótesis de haber sido los griegos quienes usaron el símbolo del cero, incluso antes de que la civilización hindú hubiera absorbido tal idea. De hecho, existen pruebas de utilización de la decimoquinta letra del alfabeto griego, ómicron (ὂμικρόν), para designar la nada. Esta es la primera letra en la palabra griega ouden, que significa vacío.
Es posible que el más antiguo símbolo hindú para el cero haya sido un punto bien cargado, que aparece en el manuscrito Bakhshali, cuyo contenido se remonta al siglo III o IV d.C. En medio de todas las dudas, existe actualmente un consenso sobre la invención de los actuales números que es atribuida a los hindúes. En el 876 d.C., este pueblo representaba el cero por medio de un huevo de ganso, completo. Como la más antigua forma del símbolo indú era comúnmente usada en inscripciones y manuscritos para marcar un espacio en blanco, era llamado sunya, que significa laguna o vacío. Esa palabra fue transferida al árabe como sifr, que significa vago. Ella fue pasada para el latín como zephirum o zephyrum alrededor del año 1200, manteniéndose su forma fonética pero no su sentido. Cambios sucesivos de esas formas, pasando incluso por zeuero, zepiro y cifre, llevaron a la aparición de las palabras cifra y cero. El significado doble de la palabra cero, en los días de hoy, tanto se puede referir al número cero como al símbolo, una situación que no sucedía en el original hindú, que se refería apenas al dígito.