Los números fueron creados, a lo largo de la historia, frente a la necesidad del hombre, porque necesitaban una forma de representar las cantidades.
Las primeras representaciones numéricas aparecieron debido a la necesidad de hacer el recuento de los animales, entre otras actividades de organización. Los pastores soltaron su rebaño por la mañana y contaban a esos animales a través del uso de piedras que eran clocadas en una bolsa. Para cada animal, se utilizaba una piedra. Al final del día, al buscar al rebaño, los pastores contaban de forma inversa, retirando de la bolsa una piedra por cada animal. Así eran las restas primitivas.
En aquel momento había otras formas de representación numérica, como el uso de cuerdas o marcas sobre huesos y piedras, siendo cada región autora de diversas formas de contaje.
El hombre se dio cuenta que necesitaba una forma única de representar estas cantidades con el fin de facilitar el entendimiento entre los diferentes pueblos.
Los egipcios fueron una de las primeras civilizaciones en crear un sistema de numeración.
Los romanos también inventaron una forma de contar y representar valores, un sistema de numeración no posicional conocido como números romanos y basado en letras de alfabeto. Podemos encontrar su uso extendido hasta hoy, siendo empleado en la designación de siglos, en relojes, capítulos de obras, ediciones de revistas, nombres de figuras monárquicas o autoridades papales, entre otros.
Sin embargo, los números que utilizamos fueron creados por los indios, en el Norte de la India, a mediados del siglo V de la era cristiana. Las primeras inscripciones aparecen aproximadamente de la forma que escribimos. Descubrieron las posiciones de colocar los mismos para formar números mayores.
Pero fueron los árabes quienes difundieron esa forma de contar y por eso son conocidos como números arábigos. Su divulgación fue dada por el gran matemático Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī, o simplemente Al-Juarismi, que le dio el nombre de números.
