La historia de la antigua Roma es fascinante debido a la cultura desarrollada y de los avances alcanzados por esta civilización. De una pequeña ciudad, Roma se volvió el centro de uno de los mayores imperios de la antigüedad. De los romanos heredamos una serie de características culturales. El derecho romano, hasta los días presentes sigue en la cultura occidental, así como las reminiscencias del latín, que dio origen a la lengua portuguesa, francesa, italiana y española.
Origen de Roma: explicación mitológica
Los romanos explicaron el origen de su ciudad a través del mito de Rómulo y Remo. Según la mitología romana, los gemelos fueron arrojados al río Tíber en Italia. Rescatado por una loba que los amamantó, posteriormente fueron criados por un par de pastores. Ya adultos, regresan a la ciudad natal de Alba Longa y ganan terreno para fundar una nueva ciudad que sería Roma.
Los orígenes de Roma: la explicación histórica y la monarquía romana (753 a.C. a 509 a.C.).
Según los historiadores, la fundación de Roma resulta de la mezcla de tres pueblos que habitaban la región de la península italiana: griegos, etruscos e italiotas. Desarrollaron en la región una economía basada en la agricultura y las actividades pastorales. La sociedad en este momento formada por patricios (terratenientes nobles) y plebeyos (comerciantes, artesanos y pequeños propietarios). El sistema político implantado era una monarquía, ya que la ciudad fue gobernada por un rey de origen patricio.
La religión era politeísta este período, adoptando cultos y figuras similares a los de los dioses griegos, pero con diferentes nombres. En las artes se destacó la pintura, los frescos, los murales y las esculturas decorativas con influencias griegas.
República romana (509 a.C. al 27 a.C.)
Durante el período republicano, el senado romano alcanzó gran poder político. Los senadores, de origen patricio, se hicieron cargo de las finanzas públicas, la administración y la política exterior. Las actividades ejecutivas eran ejercidas por los cónsules y los tribunos de la plebe.
La creación de los tribunos del pueblo está ligada a las luchas de la gente común por una mayor participación política y mejores condiciones de vida.
En el año 367 antes de Cristo, fue aprobada la Ley Licínia, que garantiza la participación de los comuneros en el Consulado. En ella, dos cónsules eran elegidos, uno patricio y el otro plebeyo. Esta ley también puso fin a la esclavitud por deuda (válido sólo para los ciudadanos romanos).
Formación y expansión del Imperio Romano
Después de dominar toda la península italiana, los romanos partieron para la conquista de otros territorios próximos. Con un ejército suficientemente preparado y suministros, derrotaron a los cartagineses, dirigidos por el general Aníbal, en las Guerras Púnicas (siglo III a.C.). Esta victoria fue muy importante, ya que garantiza la supremacía romana en el mar Mediterráneo. Los romanos comenzaron llamando al Mediterráneo como Mare Nostrum.
Después de dominar Cartago, Roma extendió sus conquistas dominando Grecia, Egipto, Macedonia, Galia, Germania, Tracia, Siria y Palestina.
Con logros, la vida y la estructura de los romanos sufrieron cambios significativos. El Imperio Romano se convirtió en mucho más comercial que agraria. Los pueblos conquistados fueron esclavizados o tuvieron que pagar impuestos al imperio. Las provincias (regiones controladas por Roma) produjeron grandes recursos a Roma. La capital del Imperio Romano se enriqueció y la vida de los romanos mejoró.
Los principales emperadores romanos fueron Augusto (27 a.C. – 14 d.C.), Tiberio (14-37), Calígula (37-41), Nero (54-68), Marco Aurelio (161-180) y Comodus (180-192).
Pan y circo
Con el crecimiento urbano también llegó a los problemas sociales de Roma. La esclavitud creó una gran cantidad de desempleo en las zonas rurales, ya que muchos campesinos perdieron sus puestos de trabajo. Esta masa de parados emigraría a las ciudades romanas en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.
Receloso de que pudiera suceder alguna revuelta por los desempleados, el emperador creó la política de Pan y Circo. Este sistema consistía en ofrecer a los romanos alimentos y diversión. Casi todos los días sucedían luchas de gladiadores en los estadios (el más famoso fue el Coliseo de Roma), donde eran distribuidos alimentos. De esta manera, la población carente terminaba olvidado los problemas de la vida, disminuyendo las posibilidades de rebelión en la sociedad.
Cultura romana
La cultura romana fue fuertemente influenciada por la cultura griega. Los romanos recrearon muchos aspectos del arte, la pintura y la arquitectura griega.
Los balnearios romanos se diseminaron por las grandes ciudades. Consistía en lugares donde senadores y miembros de la aristocracia romana iban a discutir sobre política y ampliar sus relaciones personales.
La lengua romana era el latín, que después de un tiempo, tendría su difusión a todos los rincones del imperio dando origen, en la Edad Media, al portugués, francés, italiano y español.
La mitología romana sirvió como una forma de explicar la realidad de que los romanos no podían explicar científicamente. También se ocupa del origen de su gente y la ciudad que vio nacer al imperio. Entre los principales mitos romanos, podemos destacar Rómulo y Remo y el secuestro de Proserpina.
Religión romana
Los romanos eran politeístas, es decir, creían en muchos dioses. Una gran parte de los dioses pertenecían al panteón griego, aunque sus nombres fueron alterados. Muchos dioses de las regiones conquistadas se incorporaron a su mitología y sirvieron en los cultos romanos.
Los dioses eran antropomórficos, es decir, poseían características (cualidades y defectos) de los seres humanos, y se representan en forma humana. Además de los principales dioses, los romanos también adoraban a dioses y genios del hogar. Estos dioses eran adorados dentro de las casas y servían de protección a la familia.
Los principales dioses romanos son Júpiter, Juno, Apolo, Marte, Diana, Venus, Ceres y Baco.
Crisis y decadencia del Imperio Romano
Por el siglo III, el Imperio Romano estaba pasando por una gran crisis económica y política. La corrupción dentro del gobierno y el gasto en lujo retiró los fondos para la inversión en el ejército romano. Con el final de las conquistas territoriales, disminuyó el número de esclavos y, en consecuencia, se produjo una caída de la producción agrícola. En la misma proporción, caía el pago de tributos originados de las provincias.
En crisis y con el ejército debilitado, las fronteras se volvieron cada vez más desprotegidas. Muchos soldados, sin goce de sueldo, abandonaron sus obligaciones militares.
Los pueblos germánicos, tratados como bárbaros por los romanos, fueron forzando su penetración en la frontera norte del imperio. En el año 395, el emperador Teodosio resuelve dividir el imperio en Imperio Romano de Occidente, con capital en Roma, e Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino), con capital en Constantinopla.
En el 476, llega a su fin el Imperio Romano de Occidente, después de la invasión de varios pueblos bárbaros, entre ellos, visigodos, vándalos, burgundios, suevos, sajones, ostrogodos, y hunos. Era el final de la Antigüedad y el comienzo de una nueva era llamada la Edad Media.
Legado romano
Muchos aspectos culturales, científicos, artísticos y lingüísticos romanos llegaron hasta nuestros días, enriqueciendo la cultura occidental. Destacamos como ejemplos de este legado el derecho romano, la arquitectura técnica, las lenguas de origen latino (portugués, francés, español e italiano), las técnicas de arte, la filosofía y la literatura.