Cuando los niños alcanzan 6 años de edad, es tiempo para el que va a la escuela para aprender a leer y escribir, a aprender a calcular. A estos y muchos otros aprendizajes se suma la necesidad de adquirir nuevos hábitos y de saber vivir y comportarse en el grupo y clase en el contexto formal que es la sala de aula.
Los niños que asistieron a guarderías pueden entrar en este ‘nuevo mundo’ con ventajas. Después de todo ya están acostumbrados a la convivencia con otros niños y adultos fuera de la familia. Aprendieron a saber estar en grupo. Aprendieron a cumplir reglas. Fueron desarrollando su autonomía. La transición del hogar a la educación primaria fue mediada por la estancia en otra escuela (preescolar) mucho menos formalizada o incluso completamente informal, que posibilitó esta socialización y amenizó la transición.
El aprendizaje de la lectura y escritura pueden ser facilitados por actividades desarrolladas en el jardín de infancia, aunque muchas de ellas también pueden ser realizadas en casa. Una de ellas, muy importante, es el contacto con el libro. Hay libros para todas las edades y pueden ser experimentados por los niños casi desde su nacimiento. Son muchas las ventajas pedagógicas. Entre ellas, destacan el desarrollo de la predisposición a la lectura y el gusto y el conocimiento de cómo utilizar el libro y de la dirección de la lectura (de arriba a abajo y de izquierda a derecha).
Se pueden desarrollar muchos juegos de lenguaje: rimas, sustitución de sonidos por palabras, palabras que comienzan con el mismo sonido, entre otros. Estas actividades desarrollan la conciencia de los sonidos de la lengua, factor muy importante en el aprendizaje de lectura y escritura.
Actividades como el modelado (con plastilina, arcilla, pasta de madera u otros materiales), dibujo, pintura y los recortes de desarrollan destrezas motoras finas. Las manos y los dedos se volverán hábiles en los movimientos necesarios para la adquisición de una caligrafía bonita y hecha sin esfuerzo.
La socialización de la guardería también contribuye al desarrollo del lenguaje y vocabulario, importantes en el aprendizaje de la lectura y la escritura y en la adquisición de muchos otros conocimientos. Diversión y juegos, libres o guiados, pueden fomentar el desarrollo de la creatividad.
Esta lista de las ventajas de la frecuencia del parvulario no pretende ser exhaustivo. Hay, sin embargo, que señalar que las guarderías pueden seguir diferentes orientaciones pedagógicas. Algunas de estas actividades se realizan en un contexto informal y de carácter lúdico. Otros optan por una educación más formal, y hay algunos en que los niños comienzan a aprender a leer y escribir. Es la responsabilidad de los padres, en el momento de la elección del lugar, aprender acerca de estas y otras características del jardín de infantes, para escoger la opción que les parezca más adecuada.