La fresa o frutilla se originó en Europa y es típica de los países con climas fríos. Así como la manzana, el durazno y la cereza, la fresa pertenece a la familia de las rosáceas. De sabor ligeramente ácido, la fruta se utiliza en la preparación de tartas, mousses y jaleas.
La fresa es una gran fuente de vitamina C, que previene la fragilidad de los huesos, malformación de los dientes, actúa contra las infecciones, ayuda en la cicatrización de heridas y en la absorción de hierro. Contiene potasio, sodio, cloro, responsables por el metabolismo y por el movimiento de la musculatura cardíaca y vitamina B5 (niacina), que tiene la función de evitar problemas de piel, del sistema nervioso y aparato digestivo.
La fresa se debe lavar en agua corriente y dejada en remojo en agua con vinagre durante 15 minutos. Deben ser guardados como máximo durante tres días en la nevera. Por tratarse de una fruta sensible, es aconsejable no lavarla para guardar.