Cuando hacemos mención sobre el proceso de expansión marítima europeo, implementado durante los pasajes del feudalismo a la edad moderna, siempre tratamos de relacionarlo con los procesos de formación de las monarquías nacionales de Europa. En este contexto, destacamos también el papel pionero de las Naciones ibéricas (España y Portugal) en la experiencia por los mares.
Para intentar comprender este conjunto de factores históricos, debemos destacar cómo el recalentamiento de la actividad comercial, la crisis de las prácticas feudales y el movimiento de las cruzadas fueron de importancia central para que ambas naciones ibéricas planeasen nuevas rutas marítimas, configurando tanto el eje del comercio europeo como la visión del hombre europeo del mundo.
En un momento dado, las cruzadas fueron de fundamental importancia para la expansión comercial europea. Varios ejércitos europeos. Tomados por la predicación papal que reivindicaba el control cristiano de la ciudad de Jerusalén y la persecución de los infieles (en su mayoría musulmanes), partieron rumbo a Oriente. El movimiento cruzadista, bajo su apelo religioso, fue responsable por la consolidación de nuevas rutas comerciales abiertas entre Occidente y Oriente.
Sin embargo, este desdoblamiento económico-religioso también se pudo observar dentro de la Península Ibérica. En el siglo VII, varios grupos musulmanes han llevado a cabo la expansión del mundo árabe y se asentaron en la Península Ibérica. En el siglo XI, el contexto de las cruzadas y de la Baja Edad Media ofreció la formación del movimiento de la Reconquista.
En este movimiento, los reinos cristianos de Castilla, León y Aragón se unificaron con el fin de anular la presencia musulmana en la región. A través de esta movilización tendría lugar, en 1469, el ensayo de la formación del estado español que fue consolidado veintidós años más tarde (1492) en el momento de que la expulsión de musulmanes fue lograda.
Durante la Reconquista, los reinos de León y Castilla obtuvieron el apoyo de Enrique de Borgoña que, a cambio de su participación en los conflictos, recibió las tierras del Condado de Portugal a finales del siglo XI. En cambio, años más tarde, formarían el territorio del Reino de Portugal.
En el siglo XIV, sobre la crisis sucesoria causada por el final de la dinastía de Borgoña, un número de comerciantes de la región si se movilizó contra una posible reintegración del Condado de Portugal a los reinos de León y Castilla. Librando una guerra contra los castellanos, el Reino de Portugal se consolidó por la Revolución de Avis. En 1385, los comerciantes portucalenses apoyaron el ascenso político del jefe de la orden militar de Avis, Don Juan.
Con la estabilidad política alcanzada por estos procesos, la influencia del legado científico árabe y los nuevos valores del Renacimiento, la burguesía mercantil Ibérica fueran las primeras en desarrollar una tecnología marítima capaz de consolidar nuevas rutas comerciales y, posteriormente, la conquista del continente americano.