La esquistosomiasis es una enfermedad infecciosa parasitaria causada por el gusano trematodo Schistosoma mansoni, que habita en los vasos sanguíneos del hígado y el intestino humano.
Inicialmente asintomática, la esquistosomiasis, también conocida antiguamente como bilharziasis o bilharziosis puede evolucionar para formas clínicas extremadamente graves que pueden llevar a la muerte.
Transmisión y ciclo de la esquistosomiasis
El Schistosoma mansoni elimina sus huevos en las heces del huésped infectado, en este caso el ser humano. En el agua, los huevos eclosionan y liberan larvas ciliadas denominadas miracidios, que penetran en el huésped intermediario (caracol) y se multiplican.
Después de 4 a 6 semanas, el gusano abandona el caracol en la forma de cercaría, que penetra en el huésped definitivo (ser humano) a través de la piel y/o mucosas, pero principalmente por los pies y piernas por estar en mayor contacto con el agua contaminada.
Una vez dentro del individuo, las cercarías pierde la cola y se transforma en esquistosómulos, que entran en la circulación venosa y llegan al corazón y a los pulmones.
Desde el corazón, son lanzados a través de las arterias a diversas partes del cuerpo, siendo el hígado el órgano de localización preferencial del parásito.
En el hígado, crecen alimentándose de sangre y luego emigran a las venas del intestino, donde alcanzan la forma adulta, se aparean y comienzan a poner huevos, dando inicio a un nuevo ciclo.
Síntomas de la esquistosomiasis
Fase aguda – Dermatitis por cercariana
La fase inicial de la esquistosomiasis se caracteriza por la dermatitis por cercariana provocada por la penetración de las cercarías en la piel, que puede ser asintomática o causar erupciones, con enrojecimiento, edema (hinchazón) y prurito (picazón), que puede durar hasta 15 días después de la infección.
Después de 1-2 meses aparecen los síntomas que caracterizan la forma aguda de la esquistosomiasis, tales como:
- Fiebre;
- Dolor de cabeza;
- Anorexia;
- Náuseas;
- Disminución de la fuerza física;
- Dolores musculares;
- Tos;
- Diarrea.
- Fase crónica
En esta etapa, el hígado es el órgano más frecuentemente afectado. Dependiendo de la sensibilidad y la intensidad de la infección de la persona, la enfermedad puede progresar a las siguientes formas clínicas:
- Intestinal: es la más común y puede ser asintomática o caracterizada por diarrea que puede tener sangre y moco;
- Hepatointestinal: los síntomas son similares a la forma intestinal, sin embargo, los casos de diarrea y calambres estomacales son más comunes;
- Hepatoesplénico: puede manifestarse en tres etapas: compensada, descompensada complicada. El estado general del individuo se ve comprometido, con el hígado y el bazo palpables.
Tratamiento de la esquistosomiasis
El tratamiento de la esquistosomiasis se realiza con medicamentos específicos que pueden curar la enfermedad o disminuir la carga parasitaria, y prevenir la progresión a formas clínicas graves.
En los casos más graves de la esquistosomiasis puede necesitar hospitalización o cirugía.
Prevención de la esquistosomiasis
- Las aguas residuales deben ser tratadas antes de ser vertidas en lagos y embalses;
- No evacuar en lugares cercanos a las aguas que se utilizan para bañarse o beber;
- No entrar en lagos, lagunas o embalses donde viven los caracoles;
- Utilizar pantalones, botas y guantes de goma al contacto con agua contaminada.