El desarrollo de la escritura en el antiguo Egipto sirvió para el conocimiento y la sustentación de diversas facetas de esta antigua civilización. No limitándose a la invención de un sistema gráfico, los egipcios fueron los encargados de la existencia de tres tipos diferentes de escritura: demótica, entendida por gran parte de la población y utilizado para la realización de negocios; jeroglífica, creada en las escrituras sagradas y en la pared de las tumbas; y la escritura hierática, una versión simplificada del sistema anterior.
Estableciendo un contraste interesante con varias de las sociedades contemporáneas, la escritura no era una habilidad muy útil para cualquier egipcio. Para el desarrollo de esta tarea, los escribas sirvieron como profesionales especializados que obtención esos conocimientos en escuelas mantenidas por el propio poder real. El interés del Estado en la difusión de este tipo de conocimiento se justifica por el importante papel desempeñado por los escribas en el control de los recursos reales.
No teniendo solamente esa destinación económica y política, la escritura egipcia también posibilitó la elaboración de una literatura propia de aquella civilización. En los textos encontrados, podemos observar el desarrollo de textos variados que podrían hablar sobre importantes cuestiones religiosas, yendo hasta la producción de las sátiras de lo cotidiano. Entre las principales producciones literarias destacan El Libro de los Muertos y Sátira de las Profesiones.
La naturaleza restringida al mundo de la lectura y la escritura en Egipto acabó haciendo con que los escribas formasen una única clase social independiente dentro de la sociedad egipcia. La necesidad de desarrollo del comercio, el registro de acciones del faraón, la grabación de los escritos sagrados y el control de los gastos y obras estatales acaban rindiendo una remuneración significativa para los escribas. Generalmente reciben frutas, cereales, carnes y la prestación de otros servicios como una forma de pago.
Hace poco más de 180 años fue que la escritura jeroglífica fue finalmente revelada por los investigadores. Durante el siglo XIX, en medio de las invasiones de Napoleón a Egipto, un equipo de científicos franceses pasó a unir varias piezas arqueológicas repletas de aquellos símbolos todavía misteriosos para la época. En 1821, Jean-François Champollion inició la resolución de los diferentes sistemas de escritura egipcia por medio de los estudios desarrollados en una lápida de basalto negra conocida como Piedra de Rosetta.
