Somos todos testigos de la proliferación masiva de franquicias de comida, la famosa fast food. El éxito de estas empresas es debido a factores tales como la publicidad, la moda, la facilidad, los bajos precios y las ofertas y promociones.
Sabemos cómo los jóvenes son un blanco fácil de las políticas de atracción y fidelización de las industrias señaladas. Pero los más jóvenes tienen padres y estos deben ser el contrapunto, el elemento que equilibra, aunque para ello deban ejercer su papel de autoridad influyente. Cuanto más informados sean los padres, más será la intención para contrariar los deseos de los hijos cuando estas fueran las peores opciones.
Hamburgueserías, pizzerías y bufés son los lugares preferidos de niños y jóvenes en el momento de ir a comer fuera de casa. Veamos y analicemos las comidas típicas de estos sitios.
- Hamburgueserías: pan, hamburguesa, loncha de queso, hoja de lechuga y tomate; patatas fritas; mayonesa, mostaza y kétchup; refrescos; helado.
- Pizzerías: masa, salsa de tomate, queso, jamón, tocino, salchichas, chorizo; refrescos; helado; postres.
Ambos ejemplos muestran en las comidas:
- Productos ricos en grasas – fritos, mayonesa, queso, chorizo, panceta…
- Productos ricos en azúcares – refrescos, helado, pasteles, postres…
- Productos ricos en sal – patatas fritas, mayonesa, queso, chorizo, tocino…
- Productos pobres en fibras – vitaminas y minerales; verduras y frutas no aparecen. La hoja de lechuga y la rodaja de tomate resultan insuficientes en cuanto a cantidad.
- Productos pobres en agua – a pesar de que los refrescos son ricos en agua, lo son también en sustancias que el organismo va a tener que eliminar a través de la orina, es decir, gastando agua.
En un análisis menos específico hay otros aspectos a considerar, tales como:
- Calidad – en este tipo de productos (pizzas y hamburguesas) se pueden utilizar las sobras, partes menos nobles y/o productos de menor calidad.
- Cantidad – las dosis individuales pueden ser excesivas, especialmente con promociones (por ejemplo: 2X1).
- Precio – cuando la calidad nutritiva es baja, el precio es correlativo.
Ahora, ¿cómo se plantea este gran problema de la alimentación del mundo actual? Elaborando, por ejemplo, estas comidas en casa, con la ayuda de los más pequeños, pero usando productos de mejor calidad y donde no falten sopa, ensalada, agua y fruta; siendo sensatos y firmes en la toma de decisiones – comer una hamburguesa ocasionalmente no será grave siempre que no se instauren malos hábitos.
¿Y ahora, como si sortea este gran problema de los alimentos en el mundo de hoy? Haciendo, por ejemplo, estas comidas en casa, con la ayuda de los productos más nuevos, pero con buena calidad y donde no falta sopa, ensalada, fruta y agua; ser sabias y firmes decisiones sobre tiempo-comer una hamburguesa de una vez en un tiempo no será grave, ya que no permiten el hábito si instalas.
Los estadounidenses son los mayores consumidores de comida rápida en el mundo y tienen una tasa de obesidad del 60% en adultos y 14% en los jóvenes – el número de jóvenes obesos se duplicó en las últimas dos décadas. El mundo de la comida rápida es una pantalla muy bien montada donde las moscas más incautas caen con facilidad. Cabe al consumidor saber escoger.