En tiempo de Internet y con un acceso rápido a una abrumadora cantidad de información, no es difícil para la mayoría de los estudiantes llegar a cualquier sitio online de textos sobre cualquier tema. Eso es bueno. Nada difícil es, también, tomar las ideas desarrolladas sin cambiar una sola coma, como trabajo realizado en una tarea escolar. Eso no es tan bueno. Siendo tan fácil, la práctica prolifera cada vez más, a ignorancia de los profesores menos digitalizados. Internet es una fuente llena de riqueza si se utiliza de una manera responsable.
¿De quién será la culpa de la reproducción de textos idénticos? ¿De los estudiantes y la ley del mínimo esfuerzo? ¿O será de los profesores por no orientar a su realización de una forma práctica e individualizada? Cuando se pide un trabajo de investigación, principalmente en los años en que los alumnos son primerizos con este tipo de trabajo, es necesario explicar cómo es que se ha de realizar y acompañar y orientar a su ejecución. No basta señalar que es necesario presentar un trabajo sobre un tema en específico en una fecha concreta.
Definido el tema, una primera cuestión puede orientar el inicio del trabajo. ¿Dónde voy a buscar la información? Internet, enciclopedias, revistas y obras de texto pueden ser varias fuentes útiles para trabajar. El profesor debe estar atento a la cantidad de textos y al nivel de lenguaje y del tratamiento de los asuntos, buscando que sean adecuados al nivel etario y de la escolaridad de los alumnos. Definitivamente y con toda coherencia, una tesina universitaria puede ser resultona en el primer año de secundaria y susceptible de duda. La información recogida deberá ser archivada con la indicación del lugar donde fue recopilada para una comparación de las informaciones asimiladas.
Surge nueva pregunta: ¿Cómo organizar la información? Es necesario pensar en la información que se va a priorizar y en la estructura de su presentación. Los tópicos definidos podrían ser organizados en un esquema o en una estructura correspondiente a los párrafos que el texto va a contemplar, con sus debidos encabezados. Para facilitar las ideas principales se puede subrayar la información que interesa, utilizando un color diferente para cada apartado temático o un tipo de trazo concreto. Después de la selección de la información, se procede a la lectura, la síntesis y la escritura de información referente a cada asunto. Claro que es necesario no olvidar que ha de existir una articulación entre todos los párrafos y que el texto debe tener todavía una introducción y una conclusión. No olvidar todavía el índice y las referencias del texto.
Los niños deben ser habituados desde el inicio de la escolaridad, a entender entre sus ideas y las tomadas por un texto a modo que desarrollen su propia intelectualidad, paralelamente a las competencias de investigación, selección y organización de la información. Estas serán más o menos exigentes en consonancia con la edad y el nivel de escolaridad. No ayuda a los profesores que más adelante haya tiempo para ese aprendizaje ser reforzado o responsabilizar a otros anteriores por no haber proporcionado las herramientas a los alumnos. Como estas competencias no nacen con los niños y sus padres no disponen de recursos técnicos para enseñarlas en ese dominio, cabe a los profesores enseñar y orientar a los alumnos en cuanto a la realización de los trabajos.
