Eran tiempos de guerra, las ciudades-estados griegos se dirigían hacia la amenaza de los persias, que habían invadido el territorio helénico bajo el mando de Jerjes, que todavía tenía una guerra iniciada por su padre, Darío I. En el año 484 a.C, Jerjes llega con su ejército y la marina en las tierras de Asia Menor y, según el filósofo Heródoto de Halicarnaso, había más de 5 millones de hombres. Hoy en día se especula que el número era alrededor de 250 mil soldados, que sigue siendo una gran amenaza y que sin duda le dio una ventaja numérica en relación con los griegos .

Preparación de la batalla de las Termópilas

Una alianza se forjó pronto entre las ciudades-estado griegas, dirigida por la militarista Esparta. Leónidas I, rey general espartano, estudió bien la tierra y las Termópilas escogiéndola como el lugar ideal para una pelea de este calibre, donde la superioridad numérica persa no podía ser disfrutada, por un breve pasaje que existe en las Termópilas. En la batalla, miles de persas no pudieron venir todos a la vez en el combate por el límite físico de la tierra, por lo que fue una lucha no de números sino de calidad y de valor militar.

Las tropas griegas estaban constituidas por 300 hoplitas espartanos, la élite de la élite guerrera griega, y 7000 aliados más de otras ciudades griegas que se sumaron a la batalla. Las tropas griegas estaban entrenando en el uso de la falange, es decir, una masa de soldados alineados en columnas y la línea de cohesión protegida por un gran escudo.

La Batalla de las Termópilas

Jerjes fue informado que los espartanos estaban esperando una fuerza militar infinitamente más pequeña, pero todavía parecía indiferente porque se peinó y se frotó aceite en su cuerpo sin ansiedad evidente. Esperando a que los griegos se rindieran,  Jerjes esperó cuatro días y cuando vio que nadie estaba dispuesto a salir de allí sin luchar o morir por lo que ordenó un ataque en el quinto día.

Los griegos formaron una muralla de lanzas y escudos de punta a punta alrededor del pasaje de Termópilas. Los persas, con ropa ligera, lanzas y flechas no lograban atravesar la pared griega. Debido al terreno fueron reducidos brutalmente. Jerjes no quedó satisfecho con el resultados y dijo que iba a hacer una lluvia de flechas tan grande que abarcaría la luz del Sol y la respuesta de un soldado griego, “Bueno, vamos a luchar a la sombra.”

Al segundo día de la batalla, los persas eran aniquilados así como en el primer día sucedíó y Jerjes ordenó el ataque su comando de guerreros poderosos pensando que así podría romper la formación griego. Sin embargo, fue un engaño y la falange espartana alcanzó grandes bajas en la élite persa obligando a su retirada. En ese mismo día, Ephialtes, uno de los griegos, fue al lado Persa e informó a Jerjes de un pasaje alternativo por Termópilas que llevaría a un ataque sorpresa.

La lucha fue brutal y los griegos se vieron inmersos en una pequeña montaña, mientras que su número era cada vez más pequeño. Los espartanos eran soldados de élite, entrenados de niño a dar su vida por Esparta y así lo harían. Aunque perdieron a su líder supieron luchar con honor y vencer.

Después de un tiempo de lucha contra la violencia desatada, Leónidas, rey de Esparta, fue asesinado. Los espartanos lucharon con valentía para proteger su cuerpo. Se dice que cuando rompieron sus lanzas, los espartanos lucharon con espadas (Xiphos) y cuando se rompieron, estaban luchando con sus propias manos y dientes. Hasta que el último soldado espartano fue derrocado por las flechas.

Consecuencias de la batalla de las Termópilas

Los griegos provocaron un gran impacto sobre las tropas enemigas matando a dos de los hermanos de Jerjes y debilitando la fuerza invasora de los persas, donde en posteriores batallas, los persas fueron fácilmente derrotados, incluso en el mar.

Las continuas victorias griegas pusieron fin a la campaña invasora de los persas. Además del gran acontecimiento histórico que supuso el enfrentamiento, la batalla reflejó cómo el terreno y la calidad de las tropas en el combate son factores para crear una victoria asegurada siendo hasta hoy una de las más estudiadas y un marco histórico militar.