Para crecer de manera sana, es necesario, entre varios factores, una alimentación adecuada desde la infancia.
Vale recordar que comer mucho solamente un tipo de alimento no significa alimentarse de manera correcta. Una buena alimentación es aquella en que las personas tienen una variedad de alimentos en su dieta regular.
Ningún alimento por sí solo tiene todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, y por lo tanto, es necesario variar los alimentos que comemos cada día. Hay que añadir en nuestra dieta diaria alimentos como frutas, verduras, hojas, granos, como frijoles, maíz, arroz, soja, lentejas, leche y carne. Además, siempre es bueno consumir líquidos como agua, zumos y té helado.
Los alimentos pueden ser de tres tipos según su origen: animal, vegetal y mineral.
- Alimentos de origen animal: es el caso de las carnes, los huevos, la leche y los productos elaborados a partir de ellos, como la mantequilla y el queso.
- Alimentos de origen vegetal: es el caso de las frutas (guayaba, mango y plátano), verduras (berro, lechuga y brócoli), verduras (chayote, zanahoria y remolacha) y cereales (frijoles, arroz y maíz).
- Alimentos de origen mineral: es el caso del agua y de las sales minerales. Estos últimos se encuentran en el agua y en los alimentos en general.
Es importante que la carne, huevos y leche sean hervidos antes de su consumo, así como los cereales. Antes de la ingesta, frutas y verduras deben ser lavadas. Además, el agua debe ser tratada en caso de tener olor, coloración oscura o sabor.
Algunos de los alimentos pasan a través del proceso industrial, y muchos tienen en su composición sustancias en grandes cantidades que no resultan sanas. Por lo tanto, es importante evitar o comer solamente de vez en cuando alimentos como galletas, refrescos, aperitivos y dulces. Los alimentos fritos y los alimentos salados, harina blanca y azúcar deben evitarse, ya que, en exceso, puede dañar la salud.
