La gestión científica es un modelo de gestión creado por el ingeniero mecánico y economista estadounidense Frederick Winslow Taylor en el siglo XIX y principios del siglo XX y que se basa en la aplicación del método científico en la administración con el fin de asegurar el mejor costo/beneficio a los sistemas de producción.
Taylor estaba buscando una manera de elevar el nivel de productividad a los trabajadores para producir más en menos tiempo sin aumentar los costos de producción. Así, observó que los sistemas administrativos de la época eran defectuosos. La falta de estandarización de los métodos de trabajo, el desconocimiento por parte de los administradores del trabajo de los trabajadores y la forma de remuneración utilizados eran los principales defectos estudiados por Taylor.
Así, en 1903, publicó el libro ‘Administración de oficinas’ donde expuso por primera vez sus teorías. Taylor propone la racionalización del trabajo a través del estudio de tiempo y de movimiento. El trabajo debería ser descompuesto, analizado y probado científicamente y debería ser definida una metodología a ser seguida por todos los trabajadores con la estandarización del método y de las herramientas.
Los trabajadores deben ser elegidos en base a su capacidad para realizar ciertas tareas (división del trabajo) y entonces entrenados para ejecutar de la mejor manera posible en menos tiempo. Taylor, también argumenta que la remuneración del trabajador debe hacerse sobre la base de la producción alcanzada, porque de esta manera, tendría un incentivo para producir más.
Principios de la administración científica
En su segundo libro ‘Principios de la gestión científica’, publicado en 1911, Taylor presenta sus estudios, pero con mayor énfasis en su filosofía e introduce los cuatro principios fundamentales de la gestión científica:
- Principio de planificación – sustitución de métodos empíricos por procedimientos científicos – se abandona la improvisación y el juicio individual, el trabajo debe ser planeado y probado, sus movimientos descompuestos a fin de reducir y racionalizar su ejecución.
- Principio de la preparación de los empleados – Seleccionar a los trabajadores de acuerdo a sus aptitudes y entonces prepararlos para producir más y mejor, de acuerdo con el método planeado para alcanzar la meta establecida.
- Principio de control – control del desarrollo del trabajo para asegurarse de que se está llevando a cabo según la metodología establecida y dentro de los objetivos.
- Principio de ejecución – distribuir las tareas y responsabilidades para que el trabajo sea lo más disciplinado posible.
Administración científica
La teoría propuesta por Taylor y que causó una verdadera revolución en el sistema productivo siguió siendo perfeccionada a lo largo de los años a pesar de las críticas y sin duda alguna es precursora de la Teoría Administrativa. Contribuirán para el desarrollo de la administración científica: Frank y Lillian Moller Gilbreth, que profundizarán en los estudios de los tiempos y movimientos y en el estudio de la fatiga proponiendo principios relativos a la economía de movimientos; Henry Grant, que trabajó el sistema de pagos por incentivos; Harrington Emerson, que definió los doce principios de la eficiencia; Morris Cooke, que extendió la aplicación de la administración científica a la educación y las administraciones públicas; y Henry Ford que creó la línea de montaje aplicando y perfeccionando el principio de racionalización propuesto por Taylor.
Las principales críticas a la administración científica de Taylor son:
Para los críticos el modelo transformó al hombre en una máquina. El trabajador es tratado apenas como un engranaje del sistema productivo, pasivo y desalentado a tomar iniciativas.
La estandarización del trabajo sería más una intensificación de esto que una forma de racionalizar el trabajo.
La alta especialización del trabajador facilita el entrenamiento y la supervisión del trabajo, sin embargo, eso reduce su satisfacción y él adquiere apenas una visión limitada del proceso.
El sistema de Taylot no tiene en cuenta el aspecto social y humano de un trabajador. El análisis de su desempeño lleva en cuenta apenas las tareas ejecutadas en la línea de producción.
La administración aquí propone un abordaje científico, sin embargo, carece de comprobación científico y tuvo su formulación basada en el conocimiento empírico.
El modelo se restringe apenas a los aspectos formales de la organización no abarcando, por ejemplo, el conflicto que puede haber entre objetivos individuales y organizacionales.
Las propuestas de Taylor tratan la organización como un sistema cerrado sin considerar las influencias externas.