Kukulcán, en la mitología maya, la deidad de los vientos y de la respiración; su nombre, ‘serpiente emplumada’, le relaciona con el dios azteca Quetzalcóatl. En el Castillo de los restos arqueológicos de Chichén Itzá se le puede observar como una serpiente que se precipita en los vértices del edificio en forma de columnas de aire durante los solsticios.
Kukulcán, igualmente como Quetzalcóatl, es, conforme las crónicas mayas, el conquistador que llegó a Yucatán por el mar desde el Oeste, hacia finales del siglo X, y se transformó en caudillo y fundador de una civilización. De la fusión de los dos mitos, Kukulcán aparece como el señor del viento porque conduce y gobierna la nave que le condujo a Yucatán y al pueblo que él mismo creó.