Jerjes era el hijo de Darío y Atossa, hija de Ciro, que se casaron después de que Darío se convirtiera en rey de reyes. Ariamenes fue también el hijo de Darío. Jerjes heredó el trono por su nombre de su padre, a pesar de no ser el primogénito.
Continuó la guerra contra los griegos, conocidas como Guerras Médicas, como venganza porque su padre había perdido la batalla de Maratón en 490 aC.
Jerjes mandó a construir un canal para cruzar la Península de Actos, lo que facilitó el paso de la flota. Después de derrotar al ejército de Leónidas y ganar la batalla de las Termópilas, que fue puesta en escena en el desfiladero del mismo nombre, Jerjes saqueó Ática y se hizo con Atenas, demoliendo los santuarios de la Acrópolis.
Sin embargo, su flota fue destruida en Salamina, como consecuencia de los graves errores tácticos que cometió teniendo que volver a Persia donde más tarde murió asesinado. Nunca fue a recuperarse de esta derrota y fue a partir de aquí cuando abandonó sus ambiciones militares. En los últimos años de su reinado se dedicó a la construcción de palacios y monumentos que han contribuido al embellecimiento de Persépolis.
Jerjes es también considerado un dios-rey, que estaba protegido por la famosa guardia de los Inmortales a los que utilizó en la batalla contra los espartanos.
