Apodado el Grande, Jerjes I era rey de Persia entre 485 y 465 a.C., sucediendo a su padre, Darío I, fallecido en el 486 a.C.
Pronto mostró intención de invadir Grecia, tal como su padre hubiera deseado, pero eso sólo sucede en 486 a.C., una vez que hasta allí había estado controlando la satrapía egipcia que se rebeló contra la carga fiscal que les fue impuesta, y que preveía generar dividendos para la invasión griega.
Para evitar una debacle naval como el sucedido en Atos, preparó la invasión abriendo canal a través del estrecho promontorio del monte. Construyó también un puente sobre el Helesponto, por donde mandó avanzar el ejército en el 480 a.C. en un total de aproximadamente 180.000 hombres.
El avance continuó en las Termópilas, donde ganó a los griegos, pero fue derrotado en la batalla de Salamina en el mismo año. Después de la derrota se retiró a Asia, donde fue asesinado, sucediéndole su hijo Artajerjes I.