En el siglo XIV como consecuencia de la peste negra y la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, se sintió una disminución de la producción agrícola, lo que provocó escasez de alimentos y la hambruna como consecuencia en gran parte de la Europa feudal. Con la alarma social, los señores feudales comenzaron a aumentar las tasas impositivas a los agricultores, situación que dio lugar a muchas revueltas campesinas y los ataques contra los terratenientes. Estos hechos se conocían como «jacqueries».
En los campos que se encontraban prácticamente vacíos, los campesinos supervivientes reivindicaron mejores condiciones de trabajo y que quería una mayor proporción de la producción agrícola. En el feudalismo, los siervos practicaban la agricultura en las tierras del señor feudal que eran divididas en dos partes: la reserva señorial y el mano, ambas poseídas por el señor feudal.
Los funcionarios, descontentos con la pequeña cantidad de la producción que habían dejado, pronto comenzaron a los movimientos de rebelión contra las relaciones de servidumbre. Los señores feudales trataron de evitar disturbios y fortalecer las leyes contra la fuga de los siervos. En 1358, hubo una revuelta campesina en Francia; en 1381 ocurría en Inglaterra. Las principales demandas de los campesinos se referían a la lucha contra el hambre y las malas condiciones de vida durante la crisis de subsistencia del siglo XIV. La más relevante reivindicación se refiere al cuestionamiento del «status quo» vigente en la sociedad medieval, es decir, la división social en estamentos (el primer estamento formado por el clero; el segundo por los nombres; y la capa inferior principalmente integrada por campesinos).
La revuelta campesina de 1358 en Francia, fue escenario de una brutalidad inmensa, tanto por parte de los campesinos (que actuaron en contra de los señores feudales) como la violenta represión de los señores feudales. Los levantamientos de los campesinos en el siglo XIV, contribuyeron a la posterior formación de las monarquías europeas, ya que muchos gobiernos formaron ejércitos liderados por un monarca para proteger su reino.