‘Bárbaros’, para los romanos, eran todos aquellos pueblos que no poseían cultura grecorromana (no hablaban latín, lengua oficial de los romanos), que habitaban fuera de las fronteras del Imperio y que, por tanto, no vivían bajo el dominio de su civilización. En el inicio de la edad media, los germánicos invadieron y conquistaron la parte occidental del Imperio Romano. Estaban organizados en tribus y no comprendían todavía el concepto de Estado. Entre las principales tribus germánicas que se asentaron en la parte occidental de Roma, podemos señalar:
- Anglosajones en Bretaña, actual territorio de Inglaterra.
- Visigodos en la Galia, Italia y España.
- Ostrogodos en Italia.
- Suevos en Portugal.
- Lombardos en Italia del norte.
- Francos en la actual Francia (fundaron el reino franco).
- Burgundios en el suroeste de Francia.
La unidad principal en las comunidades tribales, en el cual vivían los germánicos, era la familia. Las reuniones familiares daban origen al clan, y el grupo de clanes formaban la tribu. La asamblea de guerreros era la institución política más importante de los pueblos germánicos y donde todas las decisiones importantes eran tomadas. Los bárbaros eran regidos por la figura de un rey, que a su vez, era indicado por la propia institución y controlaba su poder. En tiempos de guerra, los jóvenes guerreros se unían a un jefe militar por comitatus, una especie de lazos de fidelidad.
Sociedad
La sociedad germánica estuvo formada por:
- Nobleza (líderes políticos y grandes propietarios).
- Hombres libres (pequeños agricultores y guerreros de la Asamblea).
- Hombres no libres (prisioneros de guerra y esclavos que vivían bajo la servidumbre y presos a la tierra).
La mayoría de la gente era organizada en aldeas rurales, formadas por rústicas viviendas hechas de barro y ramas de árbol.
Los bárbaros se dedicaron completamente a la guerra como una forma de saqueo de alimentos e incrementar su riqueza. En sus batallas importantes, el guerrero más fuerte y valiente era elegido como jefe militar.
Economía
La economía estaba compuesta por agricultura, cultivo de cereales como trigo, cebada, guisantes y ganadería para el cuero, carne y leche. La producción fue dividida en propiedades privadas y sistemas colectivos (bosques y pastizales). El comercio con los romanos a través de fronteras también eran muy comunes antes de la invasión.
Religión
El politeísmo (creencia en varios dioses) caracteriza la religión de los pueblos germánicos, por el que los dioses y las fuerzas de la naturaleza se manifiestan. Odín era la deidad principal y representa la fuerza del viento y la guerra. Existía la creencia en el más allá, en la cual podían descansar valientes guerreros muertos en combate en el paraíso. Este lugar era conocido como Valhalla.
Germánicos e Imperio Romano
Al principio, el contacto entre los bárbaros y romanos ocurrió pacíficamente hasta mediados del siglo IV. La estabilidad ha contribuido a la existencia de germánicos contratados para enrolarse en el ejército romano. A partir de este momento, la invasión se convirtió en violenta debido al crecimiento de la población entre los bárbaros, por la búsqueda de tierras fértiles, climas agradables, atracción ejercida por las riquezas de Roma y la debilidad militar del imperio romano. Otra razón por la responsable de la rotura de la cordialidad entre los pueblos, fue la presión ejercida por los hunos a los germánicos. Estos se vieron obligados a ampliar sus límites en Europa, porque los hunos, bárbaros conocidos por su extrema violencia y crueldad, quisieron dominarlos.
Gran parte de la cultura medieval se formó mediante la mezcla de romanos y germánicos. Muchos hábitos, aspectos políticos, económicos y artísticos de esta fase, estuvieron presentes durante la edad media.
