La historia de las matanzas y las persecuciones se pierde en el tiempo. Es casi imposible para los historiadores señalar el número exacto o aproximado de las víctimas de la Inquisición aunque se sabe que fue elevado e inhumano para nuestra noción de justicia hoy día.
El derramamiento de sangre comenzó en Europa, concretamente en Francia y se había extendido a países vecinos por la fuerza de la Iglesia. La Iglesia de Roma reflejaba una preocupación constante por la propagación del Evangelio, del conocimiento de la Palabra, con la traducción de la Biblia en otros idiomas. La preocupación se generaba por el sentido de la prohibición.
El hecho de que un católico fuera a leer las Escrituras estaba sujeto a ser tomado como un hereje y, como tal, ser excomulgado y llevado a la hoguera. La Biblia se consideró un obstáculo a las reclamaciones de la Iglesia de Roma, al poner todas las personas bajo su dominio. Muchos métodos se han utilizado para que la Biblia fuera restringida a un pequeño círculo de sacerdotes, sacerdotes, obispos y papas. Entre las medidas para detener la lectura, se destacan algunas que son mencionadas a seguir:
- 1229 – El Concilio de Toulouse (Francia), el mismo mal que creó la Inquisición, determinó que: “Prohibimos a los laicos de poseer el Viejo y el Nuevo Testamento. Prohibimos severamente que estos libros sean poseídos en el pueblo popular. Las casas, los lugares más humildes y los retiros subterráneos de hombres condenados por poseer las Escrituras deben ser enteramente destruidos. Tales hombres deben ser perseguidos y cazados en los bosques y cuevas, y cualquiera que los abrigue o proteja será severamente castigado” (Concil. Tolosanum, Papa Gregório IX, Anno Chr. 1229, Canons 14:2). Fue este mismo Concilio el que decretó las Cruzadas contra los albigenses.
- 1866 – El Papa Pío IX en la encíclica “Quanta cura”, el 8 de diciembre de 1866, publicó una lista de ocho errores sobre diferentes títulos. Bajo el Título IV, dice: “El socialismo, el comunismo, las sociedades clandestinas, las sociedades bíblicas… estas plagas deben ser destruidos por todos los medios posibles.”
