La definición de la injusticia social es probable que sea múltiple, dependiendo de la apariencia y las condiciones en que se analiza. Simple y resumido, el patrón de la injusticia se produce cuando dos individuos similares en condiciones igualadas son tratados de forma desigual.
Para que exista un parámetro en el tratamiento hecho por la justicia, se dan una serie de criterios fijados a lo largo de la historia: en primer lugar la justicia considera en las personas las virtudes o méritos; en segundo, la justicia debe tratar a los seres humanos como iguales; en tercer lugar, tratar a las personas según sus necesidades, aptitudes o tomando en consideración otros valores.
La opinión pública conoce que la justicia está hecha por hombres mayoritariamente, y por lo tanto, mejora a medida que las sociedades también evolucionan, y no sólo económicamente, sino principalmente para ampliar la población civil, política y/o social. Por otro lado, el tribunal a menudo termina por expresar intereses parciales, al contemplar, de forma directa o indirecta, expectativas que responden a élites económicas y sociales, los dueños del poder.
En la actualidad, se conocen y diversas investigaciones sociales que confirma que la injusticia social llega a ciertos grupos sociales, por ejemplo, las mujeres reciben salarios más bajos que los hombres, lo mismo que ocurrió con los negros tras el fin de la colonización y la violencia afecta mucho más a jóvenes que tienen baja escolaridad y están desempleados.