En el arte, la perspectiva utiliza el concepto de un imaginario punto de fuga, o puntos en el infinito, una infinita distancia del observador. Esto permite a los artistas crear pinturas que representan realmente el espacio, las distancias y los objetos. La principal diferencia entre el arte de la edad media y el Renacimiento fue la introducción de la tercera dimensión. La pintura del renacimiento se caracteriza por el realismo, introducido por la perspectiva con la ayuda de las matemáticas. Esto implicó un proceso de racionalización que complace al pintor, puesto que el artista renacentista era también un científico.
M. C. Escher es un artista que se hizo conocido por el interés que despiertan sus trabajos matemáticos y físicos. Tuvo bastante éxito para hacer representaciones del infinito. Lo hizo mediante dos técnicas: uno era utilizar dentro de la imagen una superficie no plana, como una esfera, donde conseguía diseñar un patrón que se repetía infinitamente; otra fue usar geometrías no euclidianas, que aprendería con el matemático H.S.M. Coxeter, como es el caso de los famosos patrones con serpientes y peces. También no pueden dejar de ser referidas las figuras ‘imposibles’, tales como la escalera que, aunque siendo finita, forma una espiral sin fin. Cada detalle parece perfectamente normal al observador, sin embargo la imagen global confronta a la realidad.
Literatura
El escritor argentino Jorge Luis Borges destacó por escribir sobre temas relacionados con la filosofía y la metafísica. En sus relatos describe laberintos, repeticiones cíclicas y alusiones al infinito. La historia de La Biblioteca de Babel es ejemplar de esa forma de escritura. Describe un mundo constituido por una biblioteca que tendría todas las obras posibles, discursando sobre las implicaciones de dicha biblioteca.
