Los hooligans grupos de aficionados en Europa, en particular los equipos de fútbol, van a los estadios listos para pelear, haciendo del fútbol una excusa para los actos de violencia. En varios países el ingreso de estos aficionados es prohibido, especialmente si se tiene un gran evento programado para esa fecha.
Los hooligans se complacen en enfrentamientos con los partidarios del otro equipo como una forma de tratar de medir la potencia, disputándose cuál de ellos sería el más fuerte. Los casos más frecuentes de la confrontación entre estos aficionados se producen en Inglaterra, lugar de clubes de alto rango. Así, muchos de estos equipos terminan ganando muchos seguidores, algunos van más allá del amor por el equipo llegando al fanatismo.
La mayoría de los hooligans son jóvenes y de alto nivel económico que sienten odio por los aficionados del equipo contrario, especialmente si el otro equipo gana el partido. La policía local de las ciudades donde se producen los eventos de fútbol se preparan para inhibir la violencia antes, durante y después del partido, pero los hooligans busan formas de enfrentarse a la policía y si se dispersan fácilmente par obstaculizar la detención.
Además de la violencia entre los aficionados, los hooligans también promueven actos de vandalismo por toda la ciudad, destruyendo todo lo que queda a la vista. Estos seres agresivos y apasionados con el tiempo se popularizaron con el séptimo arte reforzando sus ideales.