Es imposible hablar de la historia de Kodak por no hablar de un poco de historia de su fundador, George Eastman. Nacido en Nueva York el 12 de julio de 1854, Eastman inventó el producto estrella de la compañía, la película fotográfica. Su importancia en el mundo de la fotografía era tremendo. Con su invento, ayudó en la popularización de la fotografía, además de la transformación de Kodak en una de las compañías más grandes de su segmento llegando a los mercados de consumo en varios países.
A pesar del éxito como empresario e inventor, Eastman tuvo un final deprimente. El 14 de marzo de 1932, se suicidó. Colocando una bala en su corazón, el idealista dejó como últimas palabras una escueta nota de suicidio: ‘Para mis amigos. Mi trabajo está hecho. ¿Por qué esperar?’. Dado que nunca contrajo matrimonio, Eastman fue enterrado en el jardín de su empresa, que continuó firme en el mercado durante la época. Eastman tuvo un fin abrupto pero su legado superó a varias generaciones.
Kodak, que empezó en 1888 con el slogan publicitario ‘Tú aprietas el botón, nosotros hacemos el resto’, fue la empresa encargada de colocar la cámara simple en las manos de millares de consumidores en todo el mundo haciendo su uso cada vez más fácil. Anteriormente, el proceso fotográfico era complicado y poco accesible. Después, con Kodak y su fundador, el artilugio se hizo accesible y cualquier persona podía fotografiar.
‘Tan conveniente como un lápiz’, era como Eastman quería que todas las máquinas fotográficas del mundo fueran. Otra ventaja de las cámaras de Kodak era su portabilidad, pudiendo ser llevada a cualquier lugar con extrema facilidad. En la época, la máquina podía realizar 100 fotografías con una precarga.
Pese a la gran importancia histórica del nacimiento de la empresa y su influencia en el cine, Kodak tuvo que enfrentar una gran crisis al no conseguir adaptarse a los cambios provocados frente al surgimiento de las nuevas tecnologías. Una gran paradoja es que la empresa, a pesar de haber inventado las máquinas fotográficas, no lograba hacer la transición para los tiempos modernos.
La decadencia de Kodak fue un factor esencial para su declive económico. Con una transición acelerada al mercado digital en la década de 1990, la empresa no pudo acompañar las innovación de la cinta fotográfica, que estaba siendo extinta al final de esa década. Además, Kodak tenía una cultura corporativa jerarquizada y lenta en la toma de decisiones. En consecuencia de su trayectoria, el 19 de enero de 2012 la empresa se declaró en quiebra. Después de no haber conseguido captar suficiente dinero para el financiamiento de un plan de recuperación financiera a largo plazo, la empresa Kodak expresó la intención de centrarse en negocios más competitivos, mejorar la liquidez en el mercado estadounidense y hacer la propiedad intelectual más rentable.
