Millones de toneladas de cloro se producen cada año, gran parte de la producción está destinado a la desinfección del agua para su consumo. El cloro también puede ser convertido en blanqueador de hipoclorito, siendo capaz de eliminar gérmenes y bacterias presentes en las hortalizas, verduras, legumbres y frutas.
El hipoclorito es también un fuerte agente oxidante y se utiliza para la limpieza y esterilización de superficies, tales como fregaderos, baños, cocina y en ropas. El NaClO destruye virus y bacterias, puesto que son extremadamente sensibles a la oxidación.
Otra propiedad del hipoclorito de sodio es el de lejía. Si se desea dejar una ropa de color blanco con un aspecto más claro basta con recurrir a esa sustancia que es comercializada en la forma líquida y concentrada. EN esa forma, el hipoclorito de sodio recibe el nombre popular de blanqueador. Esa producción es hecha a partir de la reacción del cloro con hipoclorito de sodio a través del proceso:
El cloro en estado gaseoso se introduce en un recipiente y luego se añade lentamente una solución alcalina de hidróxido de sodio (soda cáustica). El hipoclorito surge de la reacción entre estas dos sustancias.