La hipertensión arterial es un trastorno cardiovascular que se produce cuando la presión arterial sistólica es mayor o igual a 140 mmHg (milímetros de mercurio) y la presión arterial diastólica es mayor o igual a 90 mmHg (140/90 mmHg).
La presión arterial sistólica (SBP) es la presión ejercida por la sangre en la arteria durante la sístole, es decir, cuando el músculo cardíaco se contrae. Ya la presión arterial diastólica (DBP) es la presión ejercida por la sangre durante la diástole, o durante la relajación del músculo del corazón.
La hipertensión arterial tiene causas hereditarias en aproximadamente el 90% de los casos, aunque hay muchos factores de riesgo, tales como:
- Tabaquismo;
- Alcoholismo;
- Obesidad;
- Estrés;
- Consumo excesivo de sal;
- Niveles altos de colesterol;
- Estilo de vida sedentario.
Además, también se sabe que la incidencia de hipertensión aumenta con la edad y es mayor en:
- Las personas de raza negra;
- Los hombres con un máximo de 50 años;
- Las mujeres mayores de 50 años;
- Diabéticos.
Clasificación de la presión arterial en adultos
Classificación | PAS (mmHg) | PAD (mmHg) |
Normal | < 120 | < 80 |
Pré-hipertensión | 120 – 139 | 80 – 89 |
Hipertensión | ||
Estadio 1 | 140 – 159 | 90 – 99 |
Fase 2 | > o igual a 160 | > o igual a 100 |
Síntomas de la hipertensión
Los síntomas de la hipertensión por lo general sólo aparecen cuando la presión es demasiado alta. Estos incluyen:
- Dolor en el pecho;
- Dolor de cabeza;
- Mareo;
- Letargia;
- Debilidad;
- Visión borrosa;
- Hemorragias nasales.
Complicaciones de la hipertensión
- La lesión vascular;
- Los cambios en la geometría de las arterias, tales como disminución de la luz, engrosamiento de las paredes e, incluso, rupturas;
- Corazón: hipertrofia del músculo cardíaco, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca congestiva;
- Riñones: hipertensión intraglomerular que puede conducir a insuficiencia renal;
- Cerebro: trombosis, hemorragia, aneurisma.
Tratamiento de la hipertensión arterial
La hipertensión no tiene cura, pero se puede controlar a través de fármacos específicos. Por otra parte, es esencial la adopción de cambios en el estilo de vida, tales como:
Bajar de peso y/o mantener el peso adecuado;
Reducir el consumo de sal;
Practicar ejercicio físico con regularidad;
No fumar;
Beber alcohol moderadamente;
Evitar los alimentos grasos;
Controlar la diabetes.