Hibernación (del latín ‘hibernatio’, que significa adormecimiento) es un sustantivo femenino utiliza para designar el estado letárgico auto-inducido por algunos animales, especialmente en las regiones templadas y árticas, a través de un control absoluto sobre las funciones vitales del cuerpo, frente a las condiciones ambientales adversas que dificultan el mantenimiento de la temperatura corporal, ya sea por la falta de alimentos o por la temperatura ambiental extrema.
Causas y características de la hibernación
De partida, hay que destacar que la hibernación va desde el adormecimiento hasta estado letárgico verdadero, fenómeno el cual apenas los animales homeotermos son capaces, tal como algunas especies de murciélagos, erizos, ardillas, ratas silvestres, hámsteres, colibríes y marmotas.
Para hibernar, estos animales encuentran un lugar seguro, su hibernáculo, que puede ser una cueva, una madriguera en el suelo, un árbol hueco, etc., y luego se preparan para el invierno comiendo y almacenando grasa; otros también cogen y almacenan alimentos en sus madrigueras, una vez que despiertan brevemente durante la hibernación para comer y evacuar, volviendo a hibernar a continuación.
Sin embargo, cuando los hibernantes no son capaces de obtener la cantidad de energía requerida para mantenerlos vivos y calientes (especialmente los animales de pequeño tamaño), típicamente debido a los rigores de invierno, que reducen su consumo de oxígeno a la vigésima parte de lo normal, lo que disminuye su metabolismo a la trigésima parte, cesando la mayoría de los procesos bioquímicos durante largos periodos.
De hecho, estos seres tienen su temperatura corporal restringida a temperatura ambiente, con 1 °C o 2 °C por encima de ese valor. A su vez, la respiración y los latidos del corazón son prácticamente interrumpidos (los movimientos respiratorios y cardíacos normalmente no superan los 5 por minutos), así como toda la capacidad sensorial y perceptiva del animal, haciendo que parezcan estar muertos y difícilmente despierten).
Sin embargo, cuando las condiciones ambientales se vuelven favorables nuevamente y la temperatura aumenta, los hibernantes despiertan con cerca de la mitad de su masa corporal. Es en este momento de despertar que ocurre el mayor gasto de energía en todo el proceso de hibernación, sin embargo, es también el más rápido.
Otros tipos de estados de adormecimiento
Algunas formas de supervivencia se asemejan mucho a la hibernación, tales como:
En el caso de los insectos, un proceso similar refiere a la protección de los mismos en cápsulas o vainas.
Otro mecanismo similar sucede cuando que algunos roedores, aves y murciélagos pueden reducir su metabolismo diariamente durante el sueño;
Por último, la estivación, proceso que se produce en las estaciones cálidas y secas, obligando a algunas especies de mamíferos, reptiles, peces, crustáceos, moluscos y artrópodos a enterrarse en el barro para sobrevivir al calor excesivo y sequía intensa.
