El pueblo hebreo se origina en la región Palestina, región actualmente próxima al Líbano, el desierto de Arabia y Siria. Su ubicación estratégica lo convirtió en uno de los principales puestos de comercio del mundo antiguo y el extenso río Jordán ocupa a la mayoría de ciudades fundadas en la región. Entre los principales pueblos que mayor influencia ejercieron en el territorio palestino, damos mayor destaque a los hebreos y palestinos.
Estos dos pueblos disputaron la hegemonía territorial durante mucho tiempo, convirtiendo la región en un conflicto político-religioso y, hasta hoy, protagonizan uno de los más antiguos conflictos de la historia. Los hebreos tienen origen semita y se consolidaron a lo largo del río Jordán practicando actividades agropastoriles. Fue aproximadamente en el II milenio a.C. que el pueblo hebreo pasó a organizar un movimiento poblacional de motivación religiosa: la búsqueda de la Tierra Prometida, región equivalente al territorio de Palestina.
La sociedad hebrea de este período era esencialmente patriarcal. Entre los principales líderes destaca Abraham, que conforme al relato bíblico sería responsable de liderar a los hebreos a la región de Canaán. Según algunas investigaciones, durante el siglo XVIII a.C. se habría consolidada la llegada de los judíos a la Tierra Prometida. En esta región existían diferentes pueblos establecidos como filisteos, cananeos, amalecitas, edomitas, moabitas y arameos.
Alrededor del año 1750 a.C., una gran sequía desestabilizó la economía hebrea, obligándolos a desplazarse hacia Egipto. Llegando al Delta del Nilo, los hebreos han mantenido contacto fuerte con los hicsos que gobernaron la región en aquel momento. La relación amistosa con los hicsos llegó a su fin cuando los egipcios dominaron la región y empezaron a emplear a los hebreos como esclavos. Sólo en 1750 a.C., los hebreos huyeron de Egipto bajo el liderazgo de Moisés.
Ese importante episodio de la civilización hebrea llegó a ser conocido como Éxodo e inició una extensa fase de peregrinación del pueblo hebreo hacia la región de Palestina. Durante esta fecha, según la narración bíblica, los hebreos habían emprendido varios enfrentamientos para establecer la hegemonía hebrea en la región de Palestina. Josué, sucesor del líder Moisés, fue responsable de dividir a los antiguos clanes en doce tribus distintas. El contacto con los pueblos vecinos influyó en las costumbres y tradiciones hebreas.
Para evitar la desunión política y religiosa del pueblo hebreo, el sistema de organización política de los hebreos fue sucedido después por los jueces, que controlaba los temas militares y religiosos del pueblo hebreo. Entre los principales jueces del pueblo de Dios se señalan Gedeon, Jefte, Sanson, Heli y Samuel. Alrededor del 1000 a.C., el proceso de centralización política de los hebreos alcanzó su ápice con la imposición de un gobierno monárquico.